Alemania decide si resurge la extrema derecha y si Scholz se convierte en el canciller más breve en medio siglo
Las encuestas otorgan un claro vencedor, la CDU, y a partir de ahí todo son incertidumbres sobre el futuro de un país con una política tradicionalmente muy estable
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Cartel electoral de Olaf Scholz en una parada del metro de Berlín / Antonio Martín Blanco
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Berlín
Olaf Scholz ha intentado transmitir optimismo hasta el último minuto de campaña. Su índice de popularidad es bajo, no ha habido una sola encuesta que le haya situado siquiera en la segunda plaza, pero se resiste a ser un dirigente efímero, un canciller de transición en un país donde han gobernado colosos que se han mantenido hasta 16 años en el cargo como Helmut Kohl o Angela Merkel.
Scholz no aspira a esos números, pero trata de no ser el canciller más breve desde Kiesinger, que dirigió al país durante apenas 3 años a finales de los 60. La guerra de Ucrania, la dependencia energética de Alemania, la inflación o el auge de la extrema derecha han sido desafíos que parece que se van a llevar por delante a un líder al que se le ha echado en cara en múltiples ocasiones su escaso carisma después del gobierno de Merkel.
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En estos días hemos buscado en Berlín los motivos de esta caída precipitada. Frank Greuel, del Instituto Alemán de la Juventud, nos ha explicado que la población más joven nunca se ha sentido representada por Scholz. Nicolay Büttner, de la Red Berlinesa de Refugiados, argumenta que "se recortan proyectos sociales y se genera incertidumbre". Ayse Demir, de una asociación de turcos en Alemania culpa al canciller de no haber sabido frenar los mensajes populistas de la extrema derecha, mientras que el portavoz del principal sindicato del país, Jan Mentrup, alerta de que no ha sabido generar un entorno laboral fiable y atractivo.
Al borde de una derrota histórica
Desde la caída del nazismo y la reinstauración de todo el proceso electoral democrático primero en la República Federal Alemana y luego en la Alemania unificada, nunca el SPD ha dejado de ser primero o segundo en unas elecciones. En estos 70 años, la extrema derecha sólo se asomó en 2017 a la tercera plaza como su mejor resultado.
Todo apunta a que este 2025 van a quedarse atrás esos dos hitos históricos salvo que haya una sorpresa escondida en las decisiones de los votantes. Scholz ya logró ganar por la mínima en 2021 aprovechando el batacazo de la CDU tras el fin de la era Merkel. Ahora las expectativas de que algo así suceda parecen mínimas. Y a eso suma su fracaso a la hora de hacer funcionar una coalición con liberales y ecologistas que ha terminado saltando por los aires.
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Por ello sus mensajes en los últimos días de campaña se han centrado en alertar del peligro que supone que en Alemania vuelva a asomar la extrema derecha. Probablemente no tanto para superarla en las urnas como para convencer a la CDU de que no pacte con el diablo y busque una coalición con los partidos democráticos. Con el SPD entre ellos.
Escaso legado
Scholz ha intentado mostrarse como un líder moderado en todos los ámbitos, ha sido capaz de impulsar las energías renovables en Alemania como un modo de escapar de la dependencia de la energía rusa, ha intentando tener un talante equilibrado y decidido a la hora de respaldar a la resistencia ucraniana y ha defendido el aumento del gasto en Defensa de su país.
Pero la economía alemana no es la famosa locomotora europea que siempre ha sido, y los germanos miran hacia la derecha como solución. En algunos casos incluso más allá, a unos ultras que han llenado determinados espacios sociales de mensajes contra los inmigrantes como culpables de todos los males del país.
Ahora será la CDU quien tendrá en su mano mantener a Alemania en el seno de los países que evitan los pactos con la extrema derecha, en lo que puede ser el último servicio de Scholz a la causa sumando a su partido a una futura coalición, o bien si un país con un pasado tan delicado entra en la órbita del populismo ultraderechista de Meloni, Orbán, Milei o Elon Musk.
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Antonio Martín
Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó a la Cadena SER en 2005 y desde entonces ha formado...