¡Tremendo lío por un penalti! La surrealista situación que acabó en amonestación para el lanzador, gol y sustitución a modo de castigo
El jugador del Udinese Lorenzo Lucca se saltó las instrucciones del equipo y, pese a marcar el gol de la victoria, no evitó salir del campo castigado
Lorenzo Lucca toma el balón para lanzar el polémico penalti del Lecce - Udinese / Image Photo Agency
Nunca antes había llegado tan lejos un rifirrafe por lanzar un penalti. La plantilla del Udinese se llevó la palma este viernes. Y eso, a pesar de que el devenir de los acontecimientos acabó sonriendo al equipo. De hecho, el lanzamiento fue imprescindible para cerrar la victoria por la mínima de los de Udine en su visita al Lecce. Sin embargo, el autor del único gol del partido, Lorenzo Lucca, salió del terreno de juego antes de lo previsto, señalado por sus compañeros y recibiendo un tirón de orejas nunca visto.
Y es que la decisión del entrenador Kosta Runjaic en lo relativo a los lanzadores del equipo en caso de penaltis le entró a Lucca por un oído y le salió por el otro. El lío que formó, rondando la media hora de juego, le convirtió en el villano del terreno de juego tanto para locales como para visitantes.
Porque tras la señalización de la pena máxima, el delantero se apoderó de la pelota y se negó a cedérsela a nadie más. Ello contradecía la indicación de su técnico, cuya predilección por su compañero Florian Thauvin. Y no fue ningún despiste, puesto que el resto de sus compañeros se echaron encima de Lucca pidiéndole encarecidamente que cediese en su postura. El jaleo incluso le costó la amarilla a Lorenzo Lucca.
Al final, fue el resto del vestuario el que dio su brazo a torcer. Lucca asumió la responsabilidad del tiro y, afortunadamente para él, el balón tocó las redes subiendo el 0-1 al marcador. No obstante, en una imagen insólita, nadie acudió a celebrar ni a felicitar al goleador. La guerra había estallado ya en el interior del Udinese y esta iba a ser la última intervención del delantero en el partido. Su técnico tampoco toleró la actitud y su reacción fue sustituirle después de todo el escándalo.
Pese a la polémica, la acción fue decisiva en el devenir del encuentro. El marcador no volvió a moverse durante la hora larga que restaba por disputarse y el Udinese se llevó los tres puntos después de que el 'feeling' de su vestuario quedase en evidencia delante de todos.
