El entrenador de Raducanu detalla la "estrategia" que llevó su acosador durante meses: "Es increíble lo mucho que lo planeó"

La tenista Emma Raducanu trata de pasar página tras uno de los capítulos más perturbadores de su vida. El incidente en Dubai fue la gota que colmó el vaso, cuando en mitad de un partido se percató de la presencia de un hombre que venía acosándola entre los espectadores. La organización intervino en cuanto la británica dio la voz de alerta a la juez de silla, llamando a la organización del recinto para expulsar al individuo. Más tarde, las autoridades de la ciudad detallaron que habían procedido a su detención y, aunque para entonces la tenista ya había retirado su denuncia, el arrestado trató de acabar con el entuerto firmando un compromiso formal de alejamiento de la tenista.

En un principio se habló de una mala experiencia en el día anterior a la eliminatoria de Raducanu ante la checa Karolina Muchova. No obstante, uno de sus entrenadores ha desvelado que su mal trago con este hombre venía prolongándose desde hacía tiempo. Se trata de una historia "espeluznante", como ha calificado su entrenador Roman Kelecic, que también abordó cómo se traspasaron líneas rojas en un hostigamiento constante.

"Ese hombre la siguió en Singapur, en Abu Dhabi donde estuve con ella, de nuevo en Doha, ahora en Dubai y nos fijamos en él, pero al principio pensamos que era un fan, porque Emma es una gran estrella del tenis con una gran cantidad de seguidores. Hasta que se acercó físicamente a ella, empezó a tener contacto en forma de selfies, abrazos, etc.", contó en una entrevista para el medio croata 'Net', donde hizo hincapié en que el supuesto acosador aprovechó el único momento en que dejaron sola a la jugadora para dar un paso más allá. Fue por la noche, cuando Raducanu acudió a un restaurante, cuando se acercó para abrazarla, sacarse fotos con ella y agobiarla sin descanso.

"Tenía una estrategia que es espeluznante, lo pensó todo, lo calculó. Es increíble lo mucho que él pensó en todo esto y lo planeó. Su estrategia funcionó, y fue acercarse a ella", incidió Kelecic, lamentando que la seguridad del torneo no estuviese a la altura en dicho instante. Para la mañana siguiente, la imagen del individuo se extendió por todas las instalaciones del torneo, aunque aun así alcanzó su cometido de acudir a las gradas del Raducanu-Muchova. "Sucedió algo increíble. No solo nosotros, toda la seguridad del torneo tenía una foto de él y todo el mundo sabía quién era. Pero en el primer juego, con 15-15, Emma está al otro lado de la cancha y nos está mostrando algo. En ese momento, no sabíamos de qué se trataba, pero pierde el primer juego y corre hacia nosotros, llorando, gritando: 'aquí está, aquí está, aquí está'".

El "miedo" se apoderó entonces de una Raducanu incapaz de centrarse en la pista. Kelecic la recordó "temblando", "llorando", "como cuando tenía 14 o 15 años". Y, tal y como expresó el entrenador, fue cuando expulsaron al hombre cuando la británica recuperó la entereza.

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"Es la otra cara del éxito"

Pese a la resolución de este asunto en Dubai, las sospechas sobrevuelan ahora a una Raducanu que ya tiene un sentimiento de preocupación arraigado. "Está segura de sí misma, pero de nuevo el miedo está ahí. Emma es muy popular, nadie en el mundo de la WTA actualmente atrae tanta atención del público. El asunto es muy complejo. Esta es la otra cara de su éxito", asumió Kelecic, que tiene claro qué no se puede permitir: "El manoseo, el acecho, la intimidación...".