"Los y las feministas hemos ganado": la reflexión de Ángeles Caballero sobre la sentencia a Rubiales y la investigación a Monedero
Desde ayer, hay una mujer llamada Jennifer Hermoso a la que la justicia reconoce la veracidad de su relato, en un país donde solo el 8% de las mujeres que sufren agresiones sexuales denuncian
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Madrid
La primera palabra fue decepción. Mía y de las personas que me acompañaban. Cuando al quitar el modo avión del móvil, ese momento en el que una parece que una vuelve a vivir, se acumularon los titulares en la pantalla. Lo leí en voz alta: 10.800 euros de multa y absuelto por coacciones. “Vaya mierda”, dijo una mujer que no llegaba a la treintena. El resto asumimos un poco esas dos palabras, agachamos la cabeza, resignados y diciéndonos un poco con la mirada que en el fondo lo esperábamos.
"Las mujeres feministas hemos ganado": el cuaderno de Ángeles Caballero sobre la sentencia a Rubiales y la investigación a Monedero
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De vuelta a casa, empecé a pensar en las expectativas. Yo no sé qué esperaba de esa sentencia. Qué es para mí ejemplarizante y qué no. Qué me habría dejado satisfecha, si mejor un 1.800.000 y un ratito en la trena. Qué significa todo esto.
El día nos hizo hablar de nuevo de acoso, de abuso de poder. Salió el nombre de Juan Carlos Monedero. En casa nos dio por comentar el término baboseo. Que puede ser el chapas de toda la vida, pero también el que agobia, el que incomoda, ese al que ahora miramos de otra manera. Ese al que las mujeres han sostenido alguna vez porque se supone que forma parte de nuestras vidas. Del que te has zafado, o has puesto cara de mucho interés solo un ratito, mientras el tiempo pasaba muy lento y solo pedías que, en la medida de lo posible, tocara otra puerta cuanto antes.
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Pero en uno y otro caso, con la resolución judicial del primero y la investigación abierta del segundo, los hombres y las mujeres feministas hemos ganado. No pretendo con esto ser naif, una primavera. Pero desde ayer, y seguro que desde mucho antes, más de un jefe se lo pensará antes de celebrar el contrato, el premio del décimo de la empresa o la subida de sueldo con un piquito, o con un abrazo de esos que escanean los cuerpos ajenos. Seguiremos aguantando los chistes del notario, el jijijaja, el 'no se nos puede decir nada', pero ya hay cosas que forman parte de la conversación. El consentimiento, el abuso, la agresión, las cosas que ya no porque son delito. Desde ayer, hay una mujer llamada Jennifer Hermoso a la que la justicia reconoce la veracidad de su relato, en un país donde solo el 8% de las mujeres que sufren agresiones sexuales denuncian.
Ahora, cuando una mujer entra en un despacho y dice que fulano no ha hecho las cosas bien, la universidad activa un protocolo. Y esto último, que exista un protocolo y que se active, es un motivo de tranquilidad para todas. Y que el feminismo es urgencia lo sabemos, pero también sabemos ahora identificar mucho mejor lo que nos pasa. Seguirá habiendo mujeres que legítimamente, por las razones que quieran y necesiten, dirán eso de que a mí no me ha pasado nada. Pero habrá otras, sea cual sea su condición, que quizá se revisen. Como se revisen los hombres. Ahí, insisto, hemos ganado.
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Ángeles Caballero
Periodista. Colabora en 'Hoy por Hoy', con Àngels Barceló. Escribe en El País. Y habla en La Sexta.