Ciencia y tecnología

Si sabemos música, ¿entendemos mejor las matemáticas?

¿Qué relación existe entre saber música y tener un buen rendimiento académico en matemáticas?

Un grupo de niños asiste a una clase de música / South_agency

Un grupo de niños asiste a una clase de música

Murcia

La música nos emociona. Puede hacernos saltar, bailar o sentir inexplicablemente tristes; inspirarnos o traernos intensos recuerdos. Los bebés se relajan con música suave, aprender a tocar un instrumento tiene beneficios para nuestro cerebro… pero ¿nos hace más listos? ¿Es mejor el rendimiento académico de los alumnos que estudian un instrumento?

Parece lógico que donde más pudiera percibirse la influencia de la música es en el área de las matemáticas, ya que el solfeo y la armonía tienen tanto que ver con números y proporciones. Por eso, hemos investigado la posible influencia de los conocimientos y la práctica musical en la competencia y la creatividad matemática.

Creatividad musical y creatividad matemática

Desde un punto de vista histórico, la música y las matemáticas han estado estrechamente entrelazadas, especialmente en la antigua Grecia, con las contribuciones de Pitágoras y la teoría de las proporciones musicales.

Estos conocimientos siguieron ligados durante la Edad Media y el Renacimiento, periodo en el que la música formaba parte del Cuadrivium junto con la aritmética, la geometría y la astronomía. La aritmética y la geometría proporcionaban las herramientas matemáticas necesarias para explorar las proporciones, las relaciones y los patrones en la música. A su vez, la música ofrecía un campo concreto para aplicar los conceptos matemáticos y experimentar con ellos.

De ciencia a arte

Sin embargo, a medida que pasaron los siglos, se produjo un proceso de especialización y fragmentación del conocimiento que, unido a diversos factores como cambios filosóficos o enfoques creativos, provocó una transición por la que la música, que era considerada una ciencia, pasó a considerarse un arte.

Si el arte tiene su base en la creatividad, las matemáticas también presentan una parte creativa. La creatividad matemática abarca la capacidad de descubrir nuevas relaciones entre técnicas y áreas de aplicación, así como la habilidad de establecer asociaciones entre ideas que previamente no estaban vinculadas.

Los estudiantes con esta capacidad pueden extender patrones con números o formas y reorganizar modelos, redes, mapas, planos y transformar convenciones habituales en situaciones prácticas, además de prever efectos.

Estudiantes músicos y creatividad matemática

Nuestra investigación se realizó entre 269 alumnos de cinco centros públicos de la región de Murcia que participan en un Programa de Horarios Integrados. Este programa está dirigido a estudiantes que cursan simultáneamente las Enseñanzas Profesionales de Música y la Educación Secundaria Obligatoria o el Bachillerato.

Para medir su creatividad matemática, se les administró una prueba formada por cuatro tareas distintas.

Captura de las 4 tareas de la prueba de creatividad matemática

Captura de las 4 tareas de la prueba de creatividad matemática

Captura de las 4 tareas de la prueba de creatividad matemática

Captura de las 4 tareas de la prueba de creatividad matemática

Como se aprecia en la tabla, los músicos tienden a obtener puntuaciones más altas que los no músicos en todos los indicadores y juegos, destacando especialmente en el Juego 1 y el Juego 4, donde las diferencias en la puntuación media son más notorias.

Al comparar los resultados totales, los músicos presentan una puntuación media más alta en todos los indicadores, lo que sugiere un rendimiento superior en creatividad matemática.

Competencia matemática

Además de la creatividad, quisimos averiguar si el aprendizaje musical tenía efecto en la competencia matemática. En este caso pudimos comprobar también que los estudiantes que estudian música obtienen resultados significativamente superiores a los no músicos, con una mayor proporción de aprobados y de puntuaciones altas.

Para medir cómo influyen otros factores además del hecho de estudiar música, los participantes respondieron distintas preguntas sobre su situación socioeconómica y cultural, el nivel educativo y estatus laboral de la familia de acuerdo con distintos indicadores. De esta manera pudimos observar que los estudiantes que realizan estudios musicales en el conservatorio tienden a pertenecer a un entorno socioeconómico y cultural más favorable.

Decidimos entonces realizar una comparación adicional teniendo en cuenta el nivel socioeconómico del estudiante y lo que este podría influir en su competencia matemática.

Antes de ajustar el efecto del índice socioeconómico, la diferencia en competencia matemática de músicos y no músicos es de 2,2 puntos, mientras que queda reducida a 1,5 puntos una vez ajustado este factor. Es decir, aun considerando que tienen ventaja también por su situación socioeconómica, los estudiantes que saben música tienen mejor competencia matemática que los que no saben.

Nuestros hallazgos sugieren, por tanto, que la educación musical no sólo mejora las habilidades matemáticas tradicionales, sino que también favorece el desarrollo de habilidades creativas en el ámbito matemático.

 
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