Andreu Buenafuente revela lo que más le sorprendió de Camilo Sesto cuando le conoció en persona: “Nunca lo olvidaré”

Madrid

Andreu Buenafuente y Berto Romero han recibido uno de los regalos más especiales desde que comenzaran a trabajar en el Nadie sabe nada. Un grafiti, desarrollado por tres artistas durante 16 horas de trabajo, en el que se puede ver a los responsables del programa sobre un mural situado en el Parque de Can Zam de Santa Coloma (Barcelona). Un trabajo hiperrealista sobre el que han hablado en el último episodio del programa, donde han analizado tanto la técnica utilizada por los artistas para sacar adelante el proyecto como el resultado final de un grafiti que les permitirá pasar a la posteridad.

Durante el análisis de la obra, Berto Romero se ha mostrado bastante sorprendido con lo bien que han dibujado a Andreu Buenafuente: "Está curradísimo". A pesar de que en un primer momento ha llegado a la conclusión de que tiene un rictus "un poco raro", este ha llegado a la conclusión que el problema principal es que es muy difícil dibujar a Andreu Buenafuente. Algo que sabe de primera mano, pues lo ha intentado sin éxito en más de una ocasión: "Algún día os enseñaré los retratos que hago yo de Andreu". No obstante, el humorista ha celebrado que le hayan hecho con orejas de viejo.

Las orejas de la tercera edad

Principalmente porque Andreu ya ha pasado la barrera de los 60 años y porque ya no es un chaval: "A las personas mayores se le hacen las orejas grandes. Yo la primera vez que me di cuenta de eso fue con Joaquín Prat padre, el presentador de programas como El precio justo". En ese momento, ambos humoristas han recordado que el presentador se sometió a varias operaciones para rejuvenecer su rostro, pero que los especialistas no pudieron hacer nada para ocultar el paso del tiempo en sus orejas.

Algo sobre lo que se habló largo y tendido en su casa: "En casa yo creo que lo comentamos mucho en familia. Recuerdo que mi padre dijo que se había estirado, pero que se le había quedado la oreja de viejo". Todo ello porque la oreja se agranda y se estira a lo largo de toda la vida. En ese momento, Andreu Buenafuente ha recuperado una anécdota todavía más sorprendente sobre el día que conoció a Camilo Sesto en persona. Un momento que se produjo a finales de los años 90. Concretamente en 1998, cuando el artista fue el invitado del programa de la TV3 presentado por Buenafuente.

Su encuentro con Camilo Sesto

A pesar de que por aquel entonces tenía 52 años, Andreu Buenafuente recuerda que ya se le habían empezado a estirar las orejas. El artista mostraba un aspecto bastante jovial en líneas generales pero, si te fijabas en sus orejas, quedaba bastante patente que era mayor: "Voy al camerino y nunca olvidaré su oreja. Es que esa oreja estaba tocando el hombro".

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Y no fue algo en lo que pensara solo él: "Eso fue así y no lo digo yo. Todo el mundo que entraba te decía lo mismo". De esta manera, y a pesar de que los famosos puedan someterse a múltiples operaciones estéticas para mantenerse lo más jóvenes posible, el tema de las orejas es uno de los grandes indicativos que demuestran que el tiempo pasa para todos por igual.