Una proteína única puede haber contribuido al nacimiento del lenguaje humano
Así lo demuestra una investigación realizada por científicos de la Universidad Rockefeller.
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Imagen de la base interior del cráneo de un Homo Sapiens(Consejo Superior de Investigaciones Científicas)
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Solo en nuestra especie, los “Homo Sapiens”, se han encontrado unas regiones cerebrales expandidas que son fundamentales para la producción y comprensión del lenguaje.
Y,ahora, un equipo de científicos de la Universidad Rockefeller, en Estados Unidos, ha descubierto la posible causa: una variante de una proteína, que solo se ha detectado en los humanos modernos, y que puede haber ayudado a dar forma al surgimiento del lenguaje hablado.
Hasta ahora, el origen del habla humana era todo un misterio.
De momento, los “Homo sapiens” son los únicos homínidos capaces de dar instrucciones detalladas para llegar a una fuente de agua dulce lejana o describir los matices púrpuras y rojos de una espectacular puesta de sol.
Es probable que nuestros parientes más cercanos, los neandertales, tuvieran características anatómicas en la garganta y los oídos que les permitieran hablar y oír el lenguaje hablado y también comparten con nosotros una variante de un gen vinculado a la capacidad de hablar.
Prueba de laboratorio
Sin embargo, en su investigación publicada en “Nature Communications”, el equipo del investigador Robert B. Darnell ha descubierto que, cuando pusieron esta variante de una proteína exclusivamente humana en ratones, ésta fue capaz de alterar sus vocalizaciones cuando se llamaban entre sí.
Esta investigación pionera también confirma que esta variante no se encuentra ni en los neandertales ni en los denisovanos (otros humanos arcaicos), con los que se cruzaron nuestros antepasados, como lo evidencian sus rastros genéticos que permanecen en muchos genomas humanos actuales.
“Este gen es parte de un cambio evolutivo radical en los primeros humanos modernos y sugiere posibles orígenes antiguos del lenguaje hablado”, explica el profesor Darnell, director del Laboratorio de Neurología Molecular de esta universidad norteamericana.
En concreto, según este estudio el “NOVA” puede ser un auténtico “gen del lenguaje” humano, aunque es solo uno de los muchos cambios genéticos específicos que sufrieron los humanos modernos.
Gen esencial
Las adaptaciones anatómicas del tracto vocal y las complejas redes neuronales permiten nuestra capacidad lingüística, pero, hasta ahora, no se comprendía bien la base genética que las sustenta.
Un gen que se cree que impulsa el lenguaje es el ”FOXP2”, que codifica un factor de transcripción que participa en el desarrollo temprano del cerebro.
De hecho, las personas con mutaciones en este gen presentan graves defectos en el habla, incluida la incapacidad de coordinar los movimientos de los labios y la boca con el sonido. Los humanos tienen dos sustituciones de aminoácidos en el FOXP2 que no se encuentran en otros primates o mamíferos, pero los neandertales también las tenían, lo que sugiere que la variante surgió en un antepasado de ambos linajes humanos.
Ahora, el “NOVA1” ha surgido como candidato. El gen produce una proteína de unión al ARN específica de las neuronas, clave para el desarrollo cerebral y el control neuromuscular, que fue clonada y caracterizada por primera vez por Darnell en 1993.
Este gen se encuentra en una forma prácticamente idéntica desde los mamíferos hasta las aves, pero no en los humanos. Nosotros, en cambio, tenemos nuestra propia forma única caracterizada por un solo cambio de un aminoácido en la cadena proteica.
El elemento humano
Como era de esperar, nuestros parientes arcaicos (de quienes se cree que nos separamos hace unos 250.000-300.000 años) tenían la misma proteína NOVA1 que todos los animales no humanos.
Entonces, este grupo de científicos estadounidenses analizaron 650.058 genomas humanos y, de estas miles de personas, todas menos seis tenían la variante humana.
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Javier Gregori
Periodista especializado en ciencia y medio ambiente. Desde 1989 trabaja en los Servicios Informativos...