‘Mi planta de naranja lima’, una novela llena de ternura sobre la pobreza y el maltrato
José Mauro de Vasconcelos firma una de sus obras más famosas y comprometidas
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'Mi planta de naranja lima', una novela llena de ternura sobre la pobreza y el maltrato
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José Mauro de Vasconcelos nació en Bangú (Brasil) en 1920 y murió en São Paulo en 1984. Es uno de los autores más populares de la literatura brasileña del siglo XX. Hijo de una familia muy pobre, su madre era india y su padre portugués. Ejerció en su juventud los más diversos oficios: entrenador de boxeadores, bracero en una hacienda, pescador o camarero. Desde muy joven se interesó por las condiciones de los más oprimidos, como los indios, los garimpeiros o los trabajadores de las haciendas, experiencias que más tarde trasladaría a muchas de sus obras. Es autor de una veintena de libros de narrativa entre los que destacan: 'Rosinha mi canoa', 'Corazón de vidrio', 'El velero de Cristal' o 'Vamos a calentar el sol'.
'Mi planta de naranja lima' se publicó en 1968 y se tradujo al español en 1974. Es una joya de la literatura brasileña y se encuentra entre los libros más leídos del país. Es una novela inolvidable y emocionante, terrible y sin embargo de una ternura extraordinaria.
'Mi planta de naranja lima' tiene como subtítulo 'La historia de un niño que un día descubrió el dolor…'. Como señala Daniela Pasik en Clarín, la novela, aunque es una ficción, de alguna forma narra un poco la vida de su autor, mezclada con sus fantasías. Zezé, el protagonista, que es rubio y de tez blanca como su padre, se siente orgulloso de ser un Pinagé (el apellido de la madre). Es un chico inquieto, curioso, que tiene una realidad muy dura. La novela refleja el ambiente de una favela de Río de Janeiro en los años 50, que no es tan distinta a la actual. Eso le abre a Zezé los ojos a la injusticia del mundo, a las diferencias que hay entre pobres y ricos, y tiene que hacerse adulto antes de tiempo.
'Mi planta de naranja lima' está escrito, con una narrativa muy sobria y una voz en primera persona que evita la descripción sentimental. Incluso los momentos más duros están narrados con cierta naturalidad, que no reducen la crudeza. Es una novela llena de esperanza, asociada a la lucha por sobrevivir. Su autor decía que tenía un público que iba de los 6 a los 93 años. Su estilo claro y directo combinaba la crudeza de situaciones de miseria, incomprensión e injusticia, con la ternura de su mirada. No se andaba con rodeos para decir las cosas y no por eso perdía su lírica. De “Mi planta de naranja lima” se han hecho dos adaptaciones cinematográficas y hasta una telenovela.
'Mi planta de naranja lima' habla también sobre la violencia familiar. Las escenas más duras son en las que Zezé sufre reiteradas situaciones de violencia. Una y otra vez es castigado por sus travesuras de forma brutal y desproporcionada. Sin embargo la novela no deja de tener una carga de ternura. Es un libro que marca una oposición espeluznante entre la violencia y la ternura. A través de las situaciones que le van pasando, Zeze va aprendiendo a vivir, y en sus fluctuaciones, en sus ataques de bondad y de maldad, en las variaciones sobre la perspectiva de la vida o en el modo que ve a sus familiares y conocidos es también donde el lector se compenetra con la obra. Lejos de intentar ser una obra estrictamente moral, Vasconcelos logra pintar con gran precisión una amplísima gama de colores en sus personajes.