‘Hot Milk’ y ‘A Complete Unknown’, potencial desaprovechado

Berlín

Ha sido la estrella de este viernes, Timothé Chalamet ha recalado en Berlín para presentar 'A complete Unknown, una de las favoritas para los Oscar. La película de James Mangold, todo un fenómeno en la taquilla americana, nos ha dejado desangelados con su manera obvia y convencional de acercarnos a uno de los artistas más importantes de la cultura norteamericana, Bob Dylan. Nada que ver con el acercamiento de Todd Haynes en I'm Not There. En cuanto al actor, firma una buena interpretación, cantando y versionando los temas folk de Dylan, pero no supera a Adrian Brody en The Brutalist, en una película que quiere abarcar muchas cosas y no acaba contando nada.

La otra película del día ha sido Hot Milk, el debut en la dirección de la guionista Rebecca Lenkiewicz, responsable de los guiones de películas como She Said, el filme sobre el caso Weinstein o Ida, la película de Pawel Palikowski. En España se estrenará con el título de Agua salada, quizá por su referencia a las playas de Almería donde se ubica esta historia de una madre, Fiona Saw, y una hija, Emma Mackey, británicas asoladas por el trauma y la culpa, que acuden a una clínica en el sur de España para tratar la extraña enfermedad de una de ellas. La película se centra demasiado en el deseo y la relación de la protagonista con una joven alemana, una excéntrica Vicky Krieps, a la que conoce en la playa. Mucho más interesante es la novela en la que se basa, Leche caliente (Anagrama), de la escritora Deborah Levy, ahondaba en la crisis de estas mujeres, en lo freudiano de la figura del padre ausente y en la comparación con la crisis de la deuda griega y la situación de shock que se vivió en Europa en aquellos años. Una película totalmente despolitizada y a veces hasta ridícula, donde no funciona ni la metáfora de la medusa.