Ursula, a la defensiva

Barcelona

Ya van no se sabe cuántas veces que Ursula von der Leyen asegura el propósito europeo de “responder con firmeza”. ¿A qué? A las amenazas de Donald Trump de distintas medidas contra los europeos.

Horas después de que el nuevo presidente norteamericano formulase con grosería las de peor calado, a la presidenta de la Comisión solo se le ocurre la tímida afirmación de algo muy certero: que Ucrania tiene derecho a entrar en la Unión Europea y que sería conveniente que lo hiciese en la OTAN.

Está bien. Pero dicho a la defensiva, es insuficiente. Lo peor de Ursula es que encaja sin ningún matiz, y sin encomendarse a dios (el Consejo Europeo) ni al diablo (el Parlamento de Estrasburgo), la pretensión del presidente ultra de que los europeos invirtamos más del doble en Defensa. Y de articular el presupuesto comunitario futuro sobre esta idea. Poco a poco. Con la calma.

Seguramente habrá que gastar más en una mayor autonomía de la seguridad de los europeos. Pero gastar por gastar, de ninguna manera. El 60% de la compra de material militar desde Europa se cubre con contratos a empresas norteamericanas.

Antes de gastar más para beneficiar a quien nos amenaza, hay que ser capaces de invertir en la industria propia, que nunca debería ir contra nosotros. Habrá que construir empresas o consorcios compartidos, como en los aviones civiles de Airbus.

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De lo contrario, nos abocamos a menos Europa, en favor de los amigos del Pentágono. Y también iremos a menos Europa, si invertimos en favor de industrias nacionales de algunos países europeos, pero no de una nueva y potente industria comunitaria europea. Son cosas distintas. Que alguien se lo explique a Bruselas.