El tiránico director que descubrió a estrellas de Hollywood como Grace Kelly o Charles Bronson
Los críticos nunca le concedieron la categoría de autor, pero era un cineasta muy apreciado por los grandes estudios
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El tiránico director que descubrió a estrellas de Hollywood como Grace Kelly o Charles Bronson
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Esta semana se cumplieron 40 años del fallecimiento de Henry Hathaway, uno de los directores más los prolíficos del cine clásico americano. Aunque pertenece a la misma generación de los John Ford, Howard Hawks o Fritz Lang, nunca alcanzó el prestigio de estos, más bien formaba parte del llamado grupo de artesanos o maestros menores de Hollywood. En el último programa de Sucedió una noche, Antonio Martínez ha querido hacer un repaso a su figura y sus películas.
Los críticos nunca le concedieron la categoría de autor, pero Hathaway era un cineasta muy apreciado por los grandes estudios, que lo solicitaban constantemente, ya que trabajaba rápido y sin pasarse del presupuesto. El americano tenía un estilo fluido y directo, compuestas en escenas sencillas y huyendo siempre de virtuosismos innecesarios. Se jactaba siempre de que con él los directores de fotografía no tenían ninguna iniciativa, ya que él elegía siempre todas las posiciones de cámara.
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Pero eso sí, a lo largo de su carrera, Hathaway también se ganó la fama de ser un director tiránico con los actores, de ser un hombre de difícil talante y muy duro con sus trabajadores en los rodajes. En ese aspecto, es famosa la anécdota de Dennis Hopper durante el rodaje de Infierno a Texas, en la que le hizo repetir la misma escena una y otra vez desde las 7 de la mañana hasta las 11 de la noche. "No pude más y rompí a llorar. Le dije: 'dime otra vez cómo quieres que lo haga'. Lo hice y me dejó marchar. Luego me vetó en los estudios durante siete u ocho años", explicaba el propio Hopper.
Descubridor de grandes estrellas
Hathaway también se caracterizó en el mundo del cine por ser un director que apostó por actores que, con el tiempo, se convertirían en grandes estrellas. El director contó con Tyrone Power en varios de sus filmes, entre ellos uno de sus títulos de cine negro más destacados, Johnny Apollo. Richard Widmark fue otro de los grandes favoritos de Hathaway, quien le hizo debutar en el cine con el papel de asesino psicópata en El de beso de la muerte.
También debutaron en el cine con Hathaway estrellas como Grace Kelly, Charles Bronson o Lee Marvin, al que sacó de los teatros de Nueva York y le dio su primera oportunidad en las pantallas en la película Esto es la Marina. El tiránico director también catapultó la fama de Marilyn Monroe. Aunque ya había participado antes en varias películas, su papel en Niagara terminó de llevarla al estrellato.