Palabrotas para la historia: cuando el diario de sesiones del Congreso dejó de censurar los insultos
Hasta la X legislatura, cuando un diputado faltaba al decoro de la Cámara la palabra se retiraba del diario de sesiones, hoy en día se refleja entre corchetes
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Palabrotas para la historia: cuando el diario de sesiones del Congreso dejó de censurar los insultos
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Hay intervenciones parlamentarias que no basta con que se queden en nuestra memoria para siempre. Merece la pena que pasen a la historia, para que las generaciones posteriores disfruten de ellas. En el Congreso, el Diario de Sesiones es donde se almacena todo. Los extraterrestres que pueblen nuestro mundo en 200 años podrán acceder a ellos y ver qué debatíamos, qué discutíamos y cómo. Porque sí, se transcribe todo, desde las intervenciones más serias hasta los chascarrillos o los insultos. Aunque no siempre ha sido así.
Hasta la X legislatura (2011-2016), cuando un diputado faltaba al decoro el Presidente del Congreso pedía que se retirase del diario de sesiones y la palabra malsonante se sustituía por unos puntos suspensivos. Así ocurrió, por ejemplo, en 2004, cuando Labordeta llamó "gilipollas" a un diputado del PP. Sabemos del momento porque el sonido está recogido en el archivo de la SER y el vídeo se encuentra fácilmente en Internet. Sin embargo, el insulto no existe en el diario de sesiones. El presidente, Manuel Marín, ordenó retirarlo, así que la situación se refleja así: ¿Qué haces tú con el puño cerrado? El puño cerrado lo tengo yo, yo voy con el puño cerrado y con dignidad, no me lo cierres tú,… (Palabra retirada del «Diario de Sesiones».—Aplausos.).
Desde hace unos años el criterio ha cambiado. Ahora los insultos quedan para la posteridad, aunque enmarcados entre corchetes y con un pie de página en el que se especifica que la Presidencia de la Cámara ordenó su retirada. Por eso, aunque la expresidenta Ana Pastor anunciase en una sesión bronca que retiraría del diario de sesiones palabras como "fascista" o "golpista", aduciendo que esos insultos "los leerán dentro de 100 años", lo cierto es que hoy en día se pueden leer. También otros exabruptos, como la comparación del diputado de Vox que comparó a Pedro Sánchez y a Félix Bolaños con Hitler y Goebbels.