Juana Crespo, pionera en reproducción asistida: "Conciliar no es dejar de trabajar, es poder trabajar siendo madres"
Charlamos con la doctora valenciana sobre techos de cristal, conciliación, maternidad y futuro de la reproducción asistida
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La doctora Juana Crespo, en su clínica.
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Madrid
"Cuando quise ser residente de ginecología, tuve un buen numero en el MIR y pude elegir. Fui a un servicio que me gustaba pero, desde el principio, el jefe del servicio y su segundo me dijeron -así como suena- que las mujeres, matronas sí, pero ginecólogas no". La anécdota ocurrió hace 30 años pero la doctora Juana Crespo, especializada en ginecología y obstetricia, la cuenta como si fuera ayer. Afortunadamente las cosas han cambiado.
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"Aquellos dos hombres me dijeron que una mujer no tenía capacidad física para hacer un parto de difícil extracción. Me fijé en que uno de ellos debía medir un metro y medio", continua, "Yo soy muy alta. Y te puedo decir que medía casi medio metro más que el. Me levanté de la silla y le dije: ¿tu crees que tú puedes sacar un niño y yo no?".
Esta historia define a esta mujer que lleva 30 años en el campo de la reproducción humana en casos llamados de "alta complejidad" y es una de las principales referentes a nivel mundial. En 2022, su equipo -tiene dos clínicas, en Valencia y en Peñíscola- fue el primera en tener una "Unidad de Reproducción Asistida Transgénero" y en 2020 consiguieron el primer nacimiento de un bebé gestado con una prótesis de cérvix impresa en 3D.
Hablamos con ella, en la semana en que se ha celebrado el día de la mujer y la niña en la ciencia sobre conciliación y techos de cristal.
"Conciliar no es dejar de trabajar"
Crespo lo tiene claro: "Necesitamos que la sociedad nos deje conciliar. Y conciliar no es dejar de trabajar, es poder trabajar siendo madres. Necesitamos una estructura laboral y social que nos permita aunar la maternidad con el liderazgo profesional. Mientras no exista no podremos romper el techo de cristal".
Ella siempre ha tratado de romperlo. Y señala que a lo largo de su carrera siempre se ha sentido "capaz de hacer lo mismo que cualquiera de mis compañeros: liderar, trabajar, organizar, ser valiente, ser cirujana, afrontar los casos más concretos". Eso sí, siempre ha tenido "que demostrar más que los hombres". Ponerle "muchísima más dedicación, esfuerzo y trabajo que cualquiera de mis compañeros hombres".
Afortunadamente, no todos con los que se ha encontrado son como los de la anécdota del principio. "Hoy las cosas están cambiando un poco y ya no tenemos que demostrar todo lo buenas que somos y la sociedad ya nos permite ser buenas sin necesidad de demostrarlo", señala.
La doctora Crespo confiesa que ha tenido que renunciar a parte de su vida familiar para poder tener una carrera así. "Conciliar la maternidad con mi carrera ha sido una aventura", resume. Explica que ha sido "una mujer cuidadora entre comillas" y dice que "no ha estado presente físicamente siempre, pero sí cuando mis hijos lo han necesitado".
"Nunca les hice la merienda"
Y añade: "He estado presente mentalmente y como directora de su vida. Nunca les hice la merienda nunca les recogí ni les llevé al cole. Pero si estaba para organizar y dirigir su vida, para educarles".
Sus hijos son ahora, dice, "dos chichos espectaculares". "Yo les he dado tiempo de calidad", asegura, "Fui una madre presente aunque no estaba siempre presente". Ahora sus hijos le dicen "¿cómo no vamos a intentar ser médicos si llegabas a casa a las 10 de la noche ilusionada con tus logros científicos?"
Al margen de la conciliación charlamos con ella también sobre su campo, la reproducción asistida. ¿Qué viene en el futuro? Asegura que es "una gran optimista de la reproducción asistida" y lo explica: "Empecé en el 86. Los primeros 100 casos que intentamos conseguimos un éxito del 0%. Hoy en día mi equipo está en un 82%. Me siento muy orgullosa de haber avanzado tanto".
¿Se podrá un día llegar al 100%? No va a a ser tan fácil. Crespo dice que su sueño "era llegar a un 90% de tasas de embarazo pero el 100% en medicina no creo que podamos llegar nunca. Investigamos para que mejoren las tasas de embarazo pero desgraciadamente nuestro modo de vida -la alimentación, el estrés, la contaminación- nos da cada vez problemas nuevos que tendremos que solucionar en el futuro".
Asegura que "la edad es el principal origen de las enfermedades. Y como estamos retrasando la paternidad y la maternidad, ahora mismo, nuestro principal problema es la presencia de enfermedades que surgen con la edad" por eso, "la solución es rejuvenecer nuestro sistema reproductivo". Este concepto implica, dice, "hacer que los ovocitos viejos den niños sanos o que un útero envejecido y enfermo funcione como uno joven".
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Javier Ruiz Martínez
Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación en la SER. Trabajo en el mejor trabajo del mundo:...