“Si vas ahí, ya no puedes volver”: la terrible historia del español que visitó uno de los lugares más recónditos del planeta
Miguel Ángel Julián recuerda una de las anécdotas más horribles de su exploración del Ártico ruso
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“Si vas ahí, ya no puedes volver”: la terrible historia del español que visitó uno de los lugares más recónditos del planeta
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El último programa de SER Aventureros ha hecho un repaso a la trayectoria de Miguel Ángel Julián, un explorador y etnógrafo que lleva dos décadas dedicando su vida a explorar el Ártico Siberiano. En ese lugar que lo cautivó desde su primer viaje, el español ha explorado territorios extremadamente remotos, conociendo sus etnias indígenas para intentar que no desaparezcan en el olvido.
El colaborador José Luis Angulo lo describe como un "tipo calladito" que no presume de sus logros, pero que ha realizado expediciones increíbles en una de las regiones más indómitas del mundo. Sus primeras tomas de contacto fueron con el "Ártico más tradicional", viajando a Laponia y Spitsbergen, para realizar exploraciones deportivas. "Pero, un día, más o menos de casualidad, había un eclipse de Sol en Siberia y me fui para allí. Lo que me encontré me encantó. Fue un descubrimiento absoluto y, dos meses después, volví a ir porque me habían recomendado visitar las montañas Altái. Desde entonces no he faltado ningún invierno", explicaba.
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Miguel Ángel Julián es experto en el Ártico ruso, un territorio único, con una cultura y una naturaleza que lo fascinan. Pero a lo largo de los años, el explorador y etnógrafo se ha visto en vuelto en una serie de expediciones de las que pensaba que le resultaría difícil salir. Ha compartido con el programa una que tuvo lugar justo antes de la pandemia.
"Fue horrible"
Cada año se hacían más difíciles las expediciones y ese año decidieron visitar el lejano este ruso, la Península de Kamchatka, cruzándola hasta arriba por tierra y salir por Chukotka, antiguamente la región autónoma de Koriakia. "Eso es un cuello de botella", explica Miguel Ángel, reconociendo que todo el mundo conoce Kamchatka por los volcanes y resulta sencillo llegar, pero en el norte, la situación cambia drásticamente.
"Tú sabes que si vas ahí, ya no puedes volver", detalla, aclarando que tan solo se puede regresar con el helicóptero que te ha llevado hasta ese mismo lugar. Un helicóptero que funciona cada dos semanas y que cuesta dinero. "En el ártico ruso están subvencionados los desplazamientos dentro de la zona ártica rusa oficial, pero Koriakia en particular no está dentro de esa zona, con lo cual eso hace que se encarezcan mucho", dice.
Cuando llegó allí, Miguel Ángel y su equipo se vieron expuestos a una meteorología horrible y tardaran varios días en poder subir al helicóptero. "Una vez lo tomamos dijimos 'bueno si lo tomamos. No podemos volver atrás porque ni nos da tiempo, ni tenemos el dinero como para poder coger el helicóptero de vuelta al sur'. Lo tomamos y aquello fue un desastre", añade. Tuvieron que ir parando de pueblo en pueblo, pasando hasta 10 días en cada uno, hasta que alguien les recogía en moto de nieve y les llevaba al siguiente. Chukotka es zona militar, por lo que con lo que tardaron en regresar, hasta se les caducaron los permisos.