Halfdan Ullmann Tøndel, nieto de Bergman: "En nuestra sociedad tenemos una relación muy inquietante con las celebridades"

Madrid

Las secciones paralelas de los festivales sirven especialmente para conocer a los nuevos autores y talentos que marcarán el cine del futuro. Son ese espacio de cantera donde, desde una mayor creatividad y radicalidad, emergen cineastas con voz propia. En el pasado Festival de Cannes toda la prensa tenía marcada en rojo una película dentro de la sección Un certain regard. Se titulaba Armand y la firmaba un tal Halfdan Ullmann Tøndel. Por los apellidos entenderán la expectación con el debut en el largometraje del nieto de Liv Ullmann e Ingmar Bergman. El joven cineasta noruego acabó ganando la Cámara de Oro, el premio reservado a la mejor ópera prima, con este pertubador y claustrofóbico drama psicológico protagonizado por Renate Reinsve, actriz, también noruega, que saltó al estrellato en ese mismo escenario con La peor persona del mundo.

En La tutoría, titulo español de esta obra que ahora llega a los cines de la mano de Avalon, el autor sumerge al espectador en una fascinante espiral de confusión, gritos, llantos, risas y bailes a partir de una reunión de padres en un colegio. La película se abre con la llegada de la protagonista, una actriz famosa, a la escuela de su hijo para una reunión urgente por un grave suceso que ha ocurrido entre dos niños. Halfdan Ullmann Tøndel dosifica y juega con la información de ese hecho para poner la mirada no en los niños sino en la gestión de los padres y unos responsables educativos con evidentes carencias para afrontar la situación. El resultado es un thriller ambientado solo en ese espacio, en las distintas aulas y despachos del colegio, con primeros planos, combates dialécticos, fugas de humor y una atmósfera claustrofóbica que no da descanso a los personajes. El director logra transitar géneros como estados de ánimo en esta inquietante inmersión psicológica con la que propone reflexionar sobre la culpa, el castigo, los prejuicios, los hechos, las teorías y las especulaciones, además de con la dificultad de afrontar temas tabúes. De paso, el nieto de dos de las figuras más importantes de la historia del cine refleja la relación con las celebridades, la mirada contaminada y los linchamientos gracias al recitan interpretativo de Renate Reinsve.

¿Cuál es el origen de esta historia?

Para mí todo empieza con los personajes principales, es como si los tuviera en mi cuerpo. Con 20 años escuché una historia sobre un niño de seis años que le decía algo a otro niño de seis años y, a partir de ahí, empecé a fantasear, mi imaginación se preguntaba quiénes eran esos niños, pero también en dónde habían aprendido los niños algo así de los padres. Eso es inquietante. Y así se convirtió en esta película.

¿Y cómo ha sido el proceso de escritura? ¿Cómo se maneja la tensión y la dosificación de la información en el guion?

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Fue un proceso de escritura muy largo. Me llevó muchos años aprender a escribir, para ser honesto. Vi muchas veces 12 hombres sin piedad para analizar dónde dejaban caer la información e intenté aprender de todo eso.

La película, entre otros muchos temas, habla de la sexualidad de los niños ¿Es uno de los grandes tabúes en la sociedad?

Es importante hablar de esto porque todos los informes de los científicos e investigadores que leo dicen que es muy natural. Es muy importante hablar de ello. Pero, por supuesto, como adultos, nos hace sentir muy incómodos. Y también es difícil decir cuándo solo hay juego y cuándo hay un comportamiento más perturbador. Y ese es uno de los conflictos de la película ¿Es juego o abuso?

¿Por qué decidió contarlo desde el punto de vista de los padres?

Queríamos mirar a los padres a través de los hijos. Los padres proyectan gran parte de sus propios asuntos, de sus propios traumas en sus hijos y en su respuesta a lo que han hecho sus hijos. Así que creo que fue mucho más interesante centrar la historia en los adultos y no en los niños. Y también estaba mucho más interesado en las reacciones de los padres, están motivadas por el miedo, me interesaba mucho más la forma en que la escuela lo manejaba, también impulsada por el miedo que en las reacciones de los niños ante esta situación.

Hablaba antes de incomodidad, ¿intenta el cine actual agradar mucho?

Ahora muchas películas se hacen con una receta y eso me enfada mucho. Están hechas, por ejemplo, con los algoritmos de Spotify o Netflix, está hechas para que sigas viendo lo que creen que te gusta, pero luego te quedas atrapado en tu propia perspectiva. Y creo que es muy importante, y es uno de los mayores desafíos del cine pero también una oportunidad, darte una nueva perspectiva. Y al darte una nueva perspectiva, puedes sentir esa historia incómoda.

¿Cómo ha sido el trabajo junto a la actriz Renate Reinsve? ¿Ha participado en el guion, ha tenido margen para crear este personaje?

Ha formado parte del proyecto durante mucho tiempo. Ocho años o nueve años. Escribí el papel específicamente para ella. Sabía que era la mejor actriz, una de las mejores actrices del mundo ya en 2016. Sabía que podía plantearle cualquier desafío y que lo aceptaría. Y por ejemplo, con la escena de la risa, yo recuerdo el funeral de mi abuela, empecé a reírme. Y fue terrible para mí y, por supuesto, para todos los demás. Y me eché a reír, no porque estuviera feliz, porque mi abuela había muerto, sino porque estaba triste, pero no sabía cómo manejar mi tristeza, ¿sabes? Así que me llevé todas estas experiencias y las incorporé a la película. Y también con Renate, es una actriz muy independiente. Así, por ejemplo, el baile, se suponía que iba a ser solo de 30 segundos, pero ella y el coreógrafo habían inventado toda una historia con el baile que me encantó. Y el cine tiene que ver con los sentimientos, así que lo aceptamos.

¿Y es el tipo de director que ensaya mucho antes de rodaje o eso le quita chispa al momento, a que la película esté viva?

Tuvimos bastantes ensayos, no en la escena de la risa porque es como una mujer vive en el momento, y a Renate no le gusta ensayar demasiado, pero a los demás actores les gusta ensayar. Así que tuve que encontrar un equilibrio en el que tuviera una sensación de control sobre el material. Ensayamos mucho porque rodamos la película en solo 21 días, así que necesitábamos ensayar bastante porque el material es complejo y tiene mucho texto y mucho análisis, pero, por ejemplo, nunca ensayamos una escena completa.

¿Cómo concibió crear esa atmósfera tan claustrofóbica?

El tema en sí mismo es un poco claustrofóbico. Este tipo de obras es el género más cercano a la fobia. Y, por supuesto, quería crear una escuela de manera que, por ejemplo, no supieras dónde estaban las diferentes habitaciones. Quería que perdieras la noción de geografía en la escuela. Y también quería usar muchos primeros planos para crear este ambiente claustrofóbico. Además, hay mucho diálogo, mucho diálogo, y nunca se detiene y la risa tampoco se detiene. Es una película bastante intensa y eso también crea claustrofobia. Igualmente con el sonido, no paras de escuchar cosas por todas partes, eso hace enloquecer, quería crear este tipo de sentimiento continuamente, que es muy claustrofóbico.

La protagonista es una actriz famosa, hay un especie de linchamiento contra ella ¿Por qué?

También es una película sobre los prejuicios. Y en nuestra sociedad tenemos una relación muy inquietante con las celebridades. Siento que los amamos, pero los odiamos y queremos estar cerca de ellos, pero también queremos vencerlos. Con la última escena que quería mostrar cómo estamos obsesionados con las celebridades, pero también quería mostrar su perspectiva. Ella lo disfruta al principio, disfruta de la atención, disfruta de las caricias y el cariño, pero luego eso se vuelve abusivo. Me pareció muy natural en una película sobre los prejuicios convertirla en una figura pública, porque tenemos tantos prejuicios sobre las figuras públicas que pensamos y utilizamos lo que sabemos para inventar una historia completa sobre quiénes son o quiénes no son.

¿Y siente que han tenido prejuicios con usted por ser el nieto de Bergman?

Creo que debemos ser críticos con las celebridades, esto no es como un discurso en defensa de las celebridades. En absoluto. Pero creo que hacer una película sobre los prejuicios era natural para mí al haber convertido en una figura pública, me apetecía reflexionar sobre eso. No tengo prejuicios sobre mí, ni siento que la gente los tenga, por supuesto que con mis familiares la gente trata de buscar similitudes, pero eso no es un prejuicio.

Si no ha sentido esos prejuicios, ¿ha sentido una mayor presión o responsabilidad en el proceso?

He sentido y tenido una libertad total. Trabajo en Noruega, soy el director y el guionista, y cuando dirijo en el set tengo tanta adrenalina que no pienso en nada más que en el momento presente. Luego en mi vida pienso en todo lo que no sea el momento presente. Pienso en todo, tengo miedo de todo del pasado, pero cuando dirijo, me siento como en casa. Siento tanta presencia y estoy tan lleno de adrenalina y conciencia de lo que está sucediendo, que eso me da una libertad total.

¿Cuáles han sido sus referentes para esta película? Tengo entendido es fan de Buñuel

Tengo gustos muy eclécticos, pero, por supuesto, Buñuel es muy importante para mí. Y para esta película en particular, El discreto encanto de la burguesía y El ángel exterminador son dos de sus obras que me ha inspirado. Creo que trata la sátira de una manera revolucionaria porque la hace muy seria, lo cual me encanta. Y sí, estoy muy influenciado por él. Me ha influenciado mucho también una ópera prima muy radical llamada La angustia del miedo, de Gerald Kargl. Es debut increíble, sorprendente. Totalmente radical. Deberías verla si no la has visto. También me han marcado Spielberg, Suspiria, Thomas Vinterberg con The celebration, Lars Von Trier... Y una directora sueca llamada Isabella Eklöf, que hace un cine nórdico realmente innovador. He tenido muchas inspiraciones diferentes.

*Entrevista realizada en octubre de 2024 durante la Seminci de Valladolid.