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El sencillo truco de Karlos Arguiñano para que las yemas del huevo duro queden bien centradas

"Yo soy sabio, pero este es un tema que luego sale como sale", ha asegurado en su programa de televisión

Karlos Arguiñano, cocinedo huevos. / COCINA ABIERTA

Karlos Arguiñano, cocinedo huevos.

Madrid

Millones de españoles han aprendido a cocinar gracias al programa de Karlos Arguiñano. El cocinero vasco lleva casi 40 años entre los fogones de la televisión, pero sus enseñanzas van mucho más allá de las recetas y del buen humor del que siempre hace gala porque, entre plato y plato, suele aprovechar para compartir pequeños trucos que pueden facilitarle la vida a quienes cocinan en casa.

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Ataviado, como siempre, con el uniforme clásico de cocinero (mandil, chaquetilla y gorro blanco), a Arguiñano le encanta proponer platos sencillos, saludables y sabrosos, y la semana pasada optó por recuperar una fórmula muy popular que, además, fue lo primero que cocinó en televisión con su hijo Joseba (el único que, hasta ahora, ha seguido sus pasos), cuando este tenía solo 10 u 11 años: unos huevos rellenos.

La receta es bastante fácil: basta con cocer unos huevos y partirlo por la mitad para, posteriormente, rellenar el hueco de las yemas con una pasta hecha con cebolla pochada, atún (bonito o salmón ahumado) y las propias yemas. Para rematar el plato basta con cubrir los huevos con un poco de mahonesa y decorarlos, por ejemplo, con un trozo de aceituna.

Dos trucos de cocina

Pero el cocinero vasco ha aprovechado el proceso de cocinado para compartir un par de recomendaciones. Por un lado, una alternativa a la mahonesa en la que, básicamente, se sustituye el huevo por un poco de leche.

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El resultado, bautizado como lactonesa, se prepara exactamente igual (añadiendo aceite de oliva poco a poco, mientras se tritura la mezcla) y también tiene un sabor y una textura muy similar, pero con la ventaja de que ofrece más garantías de seguridad alimentaria, sobre todo, de cara a los meses de calor.

Para que los huevos rellenos salgan como es debido, de todas formas, conviene tener en cuenta otro detalle: que las yemas queden bien centradas para que, de esa manera, se pueda colocar el relleno de forma sencilla y estéticamente atractiva. Una tarea para la que Arguiñano ha desvelado "un pequeño secreto": hacer rodas los huevos en el cazo al inicio de la cocción, para evitar que la yema se quede en el fondo.

"Luego sale como sale"

"Yo soy sabio, pero este es un tema que luego sale como sale. Yo lo intento", ha reconocido el chef. Luego, eso sí, bastaría con dejar que los huevos se cuezan en agua hirviendo durante 10 minutos.

El truco de los huevos de Arguiñano, curiosamente, ha salido a la luz pocos días después de que un grupo de científicos italianos publicara en una revista del grupo Nature las conclusiones de un estudio sobre cómo debe cocerse un huevo de forma óptima.

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El método que proponen los científicos tiene varias ventajas desde el punto de vista nutricional, pero requiere mucha más dedicación porque se basa en una cocción a dos temperaturas (30 y 100 grados), cambiando los huevos de sitio cada dos minutos, hasta 16 veces en 32 minutos.

El huevo es uno de los productos fetiche de Karlos Arguiñano. En una entrevista concedida a Gastro SER, de hecho, el cocinero vasco cargó contra quienes compran tortillas precocinadas. En su faceta como actor, además, protagonizó una hilarante escena de la película Airbag en la que ponía en juego su vida con la tortilla rusa, una especie de juego de ruleta rusa en la que, en vez de una pistola cargada, se usaba una tortilla preparada con setas venenosas.

 
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