La contaminación del aire "nubla la mente" y dificulta realizar tareas que requieren concentración
Es la conclusión principal de un estudio británico que ha medido cómo afecta a corto plazo en nuestro cerebro el aire contaminado que respiramos, por ejemplo, en las ciudades.
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La ciudad de Murcia cubierta este martes por contaminación atmosférica / Marcial Guillén (EFE)
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"La capacidad de las personas para interpretar las emociones o concentrarse en realizar una tarea se ve reducida por la exposición a corto plazo a la contaminación del aire por partículas, lo que podría hacer que las actividades cotidianas, como la compra semanal en el supermercado, sean más difíciles". Es la conclusión principal de un estudio británico que firman los investigadores Thomas Faherty, Jane E. Raymond, Gordon McFiggans y Francis D. Pope de la Universidad de Birmingham y Manchester.
¿Cómo se hizo el estudio?
Los participantes del estudio fueron expuestos a altos niveles de contaminación durante cuatro horas en un espacio cerrado. Lo hicieron mediante humo de velas, que genera partículas contaminantes PM 2,5 similares a las del aire de nuestras ciudades. Había un segundo grupo de control solo expuesto a aire limpio.
Las capacidades cognitivas de ambos grupos fueron medidas antes y cuatro horas después de la exposición. Se analizaron parámetros como la memoria de trabajo, la velocidad psicomotora, la atención sostenida en tareas sencillas y el reconocimiento de emociones en otras personas.
¿Qué han descubierto?
Los resultados demuestran que la contaminación atmosférica "afecta de forma significativa la capacidad de concentración y la interpretación de señales emocionales, independientemente del patrón respiratorio de los sujetos", es decir, da igual si usan respiración nasal o bucal. Sin embargo, la memoria de trabajo se mantuvo estable, lo que indica que ciertos procesos cognitivos pueden ser más resistentes a la exposición breve a contaminantes.
El doctor Thomas Faherty ha respondido a algunas preguntas a la SER sobre su hallazgo. Explica que demuestra que "una exposición aguda de sólo una hora a contaminación del aire, en concentraciones similares a las que se encuentran en una calle de la ciudad, condujo a una reducción en el rendimiento de la atención selectiva y el reconocimiento de la expresión tan solo cuatro horas después de la exposición". El científico aclara que "estas dos funciones cognitivas guían aspectos importantes tanto del trabajo como de la vida familiar, incluyendo permanecer orientado a objetivos, así como comprender, interpretar y responder a las emociones de los demás".
¿Qué le pasa a nuestro cuerpo?
En el estudio, sugieren que la inflamación de nuestros tejidos puede ser la causa principal de los déficits cognitivos observados después de la exposición a la contaminación. "Aunque no se tomaron medidas directas de inflamación de tejidos causados por la contaminación", dice Faherty, "se considera que la inflamación es un fuerte candidato para explicar los efectos observados". Y añade: "la evidencia muestra que la exposición a la contaminación a corto plazo induce inflamación y altera la función cerebral. También se ha demostrado que la inflamación no relacionada con la contaminación produce resultados cognitivos similares en períodos de tiempo comparables". Todas estas evidencias, dicen, "sugieren que la inflamación es un mecanismo probable".
Faherty señala que este estudio "se llevó a cabo en una población adulta clínicamente sana", lo que significa que todos los participantes gozaban de buena salud y no se conocían afecciones neurológicas o psiquiátricas. Por eso avisa: "ciertos grupos pueden ser más vulnerables a los efectos cognitivos de la contaminación del aire" y, por eso, "las personas más jóvenes pueden tener un mayor riesgo debido a la mayor sensibilidad del cerebro en desarrollo a los factores estresantes ambientales, mientras que los adultos mayores podrían ser más susceptibles debido a los cambios relacionados con la edad en la función cerebral y la presencia de comorbilidades". El autor señala que "se necesita más investigación para determinar cómo la contaminación del aire afecta a estas poblaciones e identificar posibles estrategias de protección".
¿Qué políticas hay que hacer?
El PM2.5, considerado el contaminante más dañino para la salud humana, se ha vinculado a aproximadamente con 4,2 millones de muertes en 2015. Ante esta realidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda mantener las concentraciones de PM2.5 por debajo de los 15 μg/m³ en un periodo de 24 horas y por debajo de los 5 μg/m³ como promedio anual.
El coautor, el profesor Gordon McFiggans, de la Universidad de Manchester, comentó: "Este estudio muestra la importancia de comprender los impactos de la contaminación del aire en la función cognitiva y la necesidad de estudiar las influencias de diferentes fuentes de contaminación en la salud cerebral en miembros mayores vulnerables de la sociedad".
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Javier Ruiz Martínez
Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación en la SER. Trabajo en el mejor trabajo del mundo:...