Gaza, un Miami sin palestinos

Madrid

Las reacciones han sido contundentes. “Es una absoluta tontería, ilegal, amoral e irresponsable”. Así ha calificado la propuesta de Donald Trump de hacer un completo vaciado humano de Gaza para construir un inmenso resort turístico, a lo Miami, la relatora de la ONU para Oriente Próximo, Francesca Albanese. La misma que en su día criticó al Gobierno israelí por presunto genocidio contra los palestinos.

Lo terrible de esta idea, es que no se trata solo de una ocurrencia ocasional. La repite. El presidente de EE.UU. la formuló por vez primera el 26 de enero. Y ayer se autocopió ante un Benjamin Netanyahu que se frotaba las manos y le condecoraba con el titulo de líder que más ha hecho en favor del pueblo israelí.

Ya cuando la dijo sonó miserable: Se refirió a los gazatíes como ese “millón y medio de personas, y simplemente limpiaremos eso”. Eso. Los trató como a la basura. Albanese afirma que el plan no es solo de limpieza étnica sino un “desplazamiento masivo forzoso” y por tanto de un “crimen internacional”. Nadie aplaude a Trump salvo los ultras de Tel Aviv. Y los teóricos receptores de los “vaciados”, aún menos. Egipto tiene problemas para alimentar bien a su propia población. Jordania acoge ya a 3 millones de palestinos en casa, más del 25% de sus habitantes.

Hay quien dice que Trump trata este asunto como un inmobiliario. Pobres inmobiliarios, comparados con este sujeto.