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Sociedad

El Síndrome de la llave o por qué sentimos ganas de orinar antes de llegar a casa

Raquel Mascaraque, periodista especializada en psicología emocional, profundiza en la relación entre la mente y el cuerpo como un todo

El Síndrome de la llave o por qué sentimos ganas de orinar antes de llegar a casa

El Síndrome de la llave o por qué sentimos ganas de orinar antes de llegar a casa

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La semana pasada, Miguel nos contaba sobre cómo sus ganas de hacer pis iban aumentando muchísimo a medida que se iba acercando a casa. Y, lo cierto es que no es al único al que le pasa. Es más, le sucede a tanta gente que tiene hasta nombre: el síndrome de la llave.

¿Cuántas veces habéis estado en una reunión, por ejemplo, en la que estabas muy atento, te has ido a casa pensando en lo que habéis estado hablando mientras escuchas la radio en el coche, aparcas, coges las llaves de casa y, de la nada, las ganas de hacer pis aumentan muchísimo a medida que te vas acercando a casa, e incluso parece que no vas a llegar? Y, entonces, te pones nervioso y la llave no entra y es desesperante. O estar de viaje en el coche y aguantar 2 horas, pero ves que quedan 10 minutos y las ganas de hacer pis son inaguantables. ¿Esto por qué pasa?

Raquel Mascaraque nos explica que aunque se tiende a separar mente de cuerpo, es un todo y funcionan a la par. Las ganas de hacer pis, tu intestino y vejiga, la atención que le estés dedicando al hecho de hacerte pis y las emociones que experimentas forman el combo. Por ello, puedes estar aguantando como un campeón si ni siquiera has pensado que te haces pis, pero de repente darte cuenta de que te estás acercando a casa y focalizar toda tu atención en orinar. Dado que no estabas pensando en ello hasta ese momento, tu atención estaba en otro lado.

Además, la periodista especializada en psicología emocional va más allá. Y es que nuestra casa nos genera seguridad y tranquilidad, a la vez que también nos hace sentir estrés de “no llego a tiempo”. Esto dispara la adrenalina y el cortisol, lo que tensa la musculatura del abdomen y te focaliza en un solo pensamiento: “hacer pis ahora o nunca”.

¿Conocéis el experimento de Pavlov? El perro que salivaba al oír una campana porque tras esta siempre le acompañaba una ración de comida. Al asociar la campana a la comida, al cabo del tiempo, ya no hacía falta poner la comida, ya que con solo el sonido de la campana se ponía a babear. A Mascaraque le da la sensación de que nos ocurre un poco lo mismo: vemos la puerta, escuchamos el tintineo de las llaves y nuestro cerebro lo asocia con que el baño está cerca y la urgencia aumenta muchísimo. Es como si la puerta o las llaves nos activasen ese pensamiento.

¿Hay algún síndrome parecido a este?

Raquel Mascaraque nos descubre el "síndrome del picaporte". Se da en consultas médicas y psicológicas cuando un paciente, justo cuando está a punto de irse, ya con la mano en el picaporte de la puerta, suelta la información más importante o delicada de toda la sesión.

Este fenómeno ocurre porque, al saber que la consulta está terminando, la persona siente menos presión o ansiedad por la reacción del profesional y se atreve a confesar lo que realmente le preocupa. Es como si el alivio de "ya me voy" desbloquease lo que no pudo decir antes.

Ambos síndromes tienen en común la asociación del entorno con una respuesta involuntaria. En el caso del "síndrome de la llave", el cerebro asocia la puerta de casa con el inodoro y genera urgencia fisiológica. En el "síndrome del picaporte", la salida inminente de la consulta disminuye la inhibición y hace que la persona confiese lo más relevante en el último momento.

 
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