El actor que pasó de ser desterrado por la academia del cine a convertirse en leyenda
Sin formación en interpretación, se convirtió en una de las estrellas de Hollywood
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El actor que pasó de ser desterrado por la academia del cine a convertirse en leyenda
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Gene Hackman es un actor emblemático del siglo pasado, que no cumplía con los estereotipos de estrella de Hollywood como actores de su generación como Robert Redford o Paul Newman. Ha sido el tipo corriente por excelencia del cine americano. Ni guapo, ni feo, ni alto, ni bajo, ni gordo, ni delgado, además, rara vez se transformaba, el público siempre veía a Gene Hackman detrás de todos sus personajes, ya fuera policía, cura o ladrón y lo más curioso es que hizo de eso su principal virtud como actor, unido a su gran técnica interpretativa que le permitía adaptarse a cualquier personaje.
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Quizá fue esa habilidad para que el público se sintiese cercano al actor de 95 años, lo que generó cierto magnetismo para los chalados que le veían en la gran pantalla. Y es que Hackman fue víctima de acoso en varias ocasiones, con un pintor que le mandaba dibujos incesantemente u otro que le esperaba a la puerta del hotel llevando en la mano un estuche de escopeta.
La confección de una estrella
A pesar de su éxito, Gene Hackman nunca estudió interpretación. A los 16 años, tras una riña con su entrenador de baloncesto, mintió sobre su edad y se alistó en los Marines para poder abandonar Danville, en Illinois. Fue destinado a China durante cinco años, donde ejerció como operador de radio. Al regresar a la vida civil hizo todo tipo de trabajos: vendedor de zapatos, portero de hotel, camionero. No será hasta ya cumplidos los 30 años, cuando entonces sí, se anima a perseguir su sueño de ser actor.
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Se matriculó en la Escuela de Interpretación Pasadena Playhouse de Los Ángeles, donde se hizo amigo de otro estudiante, Dustin Hoffman. A ambas les consideran los alumnos con menos posibilidades de éxito y sacaban pésimas calificaciones, por lo que decidieron abandonar los estudios para probar suerte en Nueva York. Pasaron el tiempo presentándose a audiciones teatrales sin éxito hasta que los papeles comenzaron a llegar y protagonizó su debut en el cine en 1965.
Poco después llegaría su primera nominación al Óscar como Mejor actor de reparto, cuando Warren Beatty le recomendó para el papel del hermano de Clyde en Bonnie y Clyde. Y así, un día caminando por la calle en Nueva York, se da cuenta de que todo ha cambiado. Se ha hecho famoso y, por todas partes, la gente le saluda gritando el nombre de su personaje, Buck Barrow.
Pero la fama con mayúsculas llegó en 1971, con French Connection. En ella, Hackman encarnaba a un nuevo tipo de policía, bocazas, de métodos a veces brutales, pero incorruptible y sobre todo un policía creíble y real, nada que ver con los héroes a los que nos tenía acostumbrados hasta entonces Hollywood. French Connection le valió su primer Óscar en 1972 e hizo de Gene Hackman una estrella. A partir de entonces, se convirtió en uno de los rostros más familiares del cine americano.