¿Cómo podar los rosales?
Resolvemos algunas de las principales dudas sobre la poda de los rosales
Madrid
En nuestro jardín cuidamos del rosal ‘Zepeti’ que nos regaló Matilde Ferrer, una de las mejores rosalistas —o cultivadoras y obtentoras de nuevas rosas— del mundo, y que tenemos la suerte de tenerla aquí cerquita, en Valencia. Vamos a podarlo y de paso, aprovechamos para hablar de la poda de los rosales.
El rosal zepeti
Recordamos. Esta rosa ‘Zepeti’ es un rosal miniatura, y en su día lo recomendamos para que los oyentes se animen a cultivarlo en sus ventanas, en sus balcones. Gracias a su pequeño tamaño es ideal para estos sitios pequeños. Eso sí, debemos proteger la pared exterior de la maceta para que no adquiera temperaturas extremas en el verano, y por ello siempre recomiendo sombrear esa pared, bien con una malla de brezo o de mimbre o plantando alguna especie que descuelgue en la maceta, como una suculenta, para que esa planta haga de sombrero a la maceta y las raíces del rosal no se recalienten.
Este invierno nuestro rosal no ha estado tan fuerte como el del año anterior, debido a varios factores. Uno de ellos tiene que ver con sus raíces, de lo que escribiré más adelante. El año pasado, por ejemplo, no perdió casi hojas, de lo fuerte que estaba y del invierno que vino. Este año, sin embargo, se ha quedado pelado prácticamente, algo que tampoco nos tendría que extrañar, ya que una gran mayoría de los rosales se quedarán sin nada de hojas en el invierno. Así que vamos a podarlo.
Cada rosal exige una poda diferente
Cada tipo de rosal se poda de una manera diferente, y esto es muy, pero que muy importante. No es lo mismo podar un rosal miniatura como el nuestro que un rosal híbrido de té, que es el que da esas rosas que todos tenemos en mente cuando se habla de un rosal, como las rosas de corte tan frecuentes en las floristerías. Pues bien, mientras que en un rosal híbrido de té podemos bajar sus tallos hasta dejarlos a la altura de un tetrabrik (unos 20 centímetros), en un rosal miniatura es suficiente con cortar un tercio de la longitud de las ramas o la mitad como muchísimo.
¿Qué pasaría si a nuestro rosal miniatura lo cortáramos muy abajo?
Pues que lo debilitaríamos y sería más propenso a contraer alguna plaga o enfermedad, además del quebranto que sería para él tener que formar una nueva parte aérea que no era necesario acortar tanto.
Lo que tenemos que hacer con este rosal miniatura es, primero, localizar las ramas más débiles o incluso muertas. Estas serán las primeras que quitaremos, desde la misma base del rosal. Después, será muy sencillo en el caso de este rosal, ya que acortaremos todas las ramas a la mitad, todas las ramas que veamos que estén más fuertes. Siempre cortaremos por encima de una yema, a unos dos o tres milímetros, sin dañarla. Las yemas las apreciamos fácilmente en las ramas jóvenes del rosal, por mostrar ese pequeño punto de color algo diferente que está por encima de una pequeña cicatriz horizontal, que marca el lugar donde hubo una hoja del rosal.
Siempre recuerdo una frase que Matilde Ferrer me dijo cuando le hice una entrevista para El País, sobre los tres errores más frecuentes que cometemos cuando cuidamos de rosales: no regar adecuadamente, no abonarlos en el momento adecuado y podarlos en exceso. Así que con las podas de rosal es mejor mantenerse más arriba que más abajo. ¡Aquí no vamos a hacer como con nuestra alegría de la casa, que la cortamos a ras!
¿Hay que dar algún tipo de ángulo al corte o se hace recto?
Lo ideal es darle un ángulo de 45 grados, con la caída hacia el lado opuesto de la yema. Se dice que, de esta forma, el agua escurrirá hacia el lado que no está la yema. Pero tampoco hay que obsesionarse con este ángulo, lo más importante es que no se dañe la yema cuando podamos, por lo que hay que alejarse ese par de milímetros de ella al cortar.
En nuestra poda, vamos a dejar todas las ramas a la misma altura, más o menos, para que todas las yemas reciban la misma cantidad de luz. De esta forma, todas las yemas brotarán en igualdad de condiciones. Evidentemente, las ramas que sean un poco más gruesas recibirán más energía, por eso antes hemos quitado desde la base las ramas más débiles y finas, ramas que no florecieron este año pasado.
¿Qué vas a hacer ahora con el rosal, después de la poda?
Pues antes he mencionado que este año no ha estado tan fuerte como el año anterior, y en parte tiene que ver con que la maceta se le ha quedado un poco pequeña. Así que lo que voy a hacer hoy mismo es trasplantarlo a una maceta mayor, para que sus raíces estén un poco más a gusto y puedan tener más desarrollo. Si las raíces tienen más espacio, la planta estará más fuerte. Con esto, ya habremos hecho los deberes para que este año tengamos de nuevo muchísimas rosas de este rosal ‘Zepeti’, tan bello con sus pequeñas rosas rojas.
Eduardo Barba
Eduardo Barba Gómez es jardinero, investigador botánico en obras de arte, paisajista y profesor de jardinería....