El pudridero de Vox

Barcelona

Por la boca muere el pez. Vox saltó al estrellato en Castilla-León, cuando hace dos años forjó una coalición con el PP y tuvo su primer acceso a un Gobierno autonómico. El partido también encuentra en tierra castellana su principal pudridero.

Hoy ha dimitido como procurador, como portavoz parlamentario, y como miembro de la cúpula nacional Juan García Gallardo el que fue hasta este verano vicepresidente del Ejecutivo de la comunidad autónoma.

Se va con una crítica feroz a la dirección, a la que califica de “oligarquía”. Y al presidente, Santiago Abascal, porque su equipo, sostiene, “ha ido ocupando cada vez más espacios en detrimento de los demás”.

Esta defección llega muy poco después de que el viernes, el propio García participase con Abascal y otros en la reunión de la cúpula que expulsó a dos diputados rebeldes. Uno de Salamanca, y otro de Burgos, pedían volver a las “raíces” del partido. En realidad, discrepaban de haberse pasado del grupo parlamentario europeo ultraderechista de Giorgia Meloni al más fascista de Marine Le Pen.

Las purgas y tensiones en Vox de momento no han impedido su crecimiento en las encuestas. O porque todavía son incipientes. O porque el PP de Alberto Núñez Feijóo es incapaz de capitalizarlas. O por ambas cosas. Como en las pelis, parece que esto “seguirá”.

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