La técnica de Luis Zahera para evitar que el público aplauda en sus funciones: "Es un poco chunga"

Madrid

Luis Zahera lleva más de 30 años dedicado al mundo de la interpretación, una carrera en la que el gallego ha conseguido ganar dos premios Goya al mejor actor de reparto y recibir, además, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Durante todos estos años, el actor ha estado en multitud de teatros y rodajes, donde ha pasado mucho tiempo y ha llegado a desarrollar incluso una palabra que define aquellos espectáculos en los que el público, por lo que sea, no acompaña al artista.

En A las bravas, Raúl Pérez le ha preguntado al gallego si sigue "estando en teatros todavía con chungo" y ha explicado que esta palabra es una advertencia para la gente que va a los shows del actor y no se ríe. Aunque Zahera ha destacado que no es eso realmente lo que le enfada, lo que le molesta de verdad es la gente que aplaude, "a esa sí que se la monto", aseguraba el artista.

Zahera se ha mostrado muy crítico con aquellos que aplauden constantemente durante un monólogo, ya que, en su opinión, esto "interrumpe" el espectáculo y es mejor hacerlo "del tirón", "aplaudir un poquito al inicio y al final". Aunque, por lo visto, a buena parte del público le cuesta no aplaudir durante el transcurso de la función. Por ello, el gallego ha desarrollado "una teoría para convencerlos de que no aplaudan".

"Intento que se visualicen ellos mismos aplaudiendo y riendo y les digo lo que parecen. No quiero dar más pistas, pero los voy convenciendo", relataba Zahera, quien ha reconocido que, aunque esta fórmula "es un poco chunga", la rabia que le tiene a los aplausos le ha obligado a usarla.

"Prefiero que tosan, que tosan lo que les dé la gana, pero aplaudir no lo soporto", confesaba el gallego, que durante tantos años en los escenarios ya tiene la experiencia suficiente para desarrollar incluso fórmulas que, de alguna manera, convencen al público de qué hacer y qué no durante el transcurso de la función.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Esta es una norma más de conducta acerca del ruido en los teatros, aunque con una dificultad aún mayor, ya que el público, al aplaudir, reconoce la valía de la obra. Por ello, supondrá mucho esfuerzo, trabajo y humor que Zahera logre convencer a su propio público de que, en ocasiones, aplaudir no es lo correcto.