La niebla de la guerra, la niebla del Congreso
A veces uno tiene la sensación de que esa misma niebla y esa misma confusión se han instalado en nuestra política parlamentaria
![Ignacio Peyró: “La niebla de la guerra, la niebla del Congreso”](https://cadenaser.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fsdmedia.playser.cadenaser.com%2Fplayser%2Fimage%2F20239%2F07%2F1694091471_asset_still.jpeg?auth=385ae5c251f3866eed03858df689b3fef723093c293b3dc455de0d20bd1e866b&quality=70&width=736&height=414&smart=true)
Ignacio Peyró: “La niebla de la guerra, la niebla del Congreso”
01:42
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Madrid
Hay un momento en la batalla en el que todo parece suceder al mismo tiempo. Un momento en el que nadie conserva la orientación. En el que ninguno puede leer lo que está ocurriendo sobre el campo. Cuando llega ese momento, decimos que se ha instalado -es el término técnico- la niebla de la guerra.
A veces uno tiene la sensación de que esa misma niebla y esa misma confusión se han instalado en nuestra política parlamentaria. Ni los corresponsales políticos más sabuesos pueden adivinar quién va a votar qué. Y en cada sesión del Congreso hay que estar atentos al minuto y resultado.
Veamos esta semana. Primero el PSOE no trocea el decreto y luego lo trocea. Primero parece que Junts va a ahogar y al final solo aprieta. Y primero el PP dice que no para después votar que sí.
Es una ironía que, tras tantas convulsiones, tras tantos sufrimientos, al final cada partido, al salir adelante el decreto, pueda vender puertas adentro que ha ganado. El PSOE vende escudo social. Junts vende su capacidad extractiva del Gobierno. Y el PP vende sensibilidad frente a casi diez millones de pensionistas. ¿Estamos, pues, todos contentos? Quizá no debamos, porque la niebla nos impide fijar la vista en alguna cuestión importante. Por ejemplo, si es normal subir las pensiones de más de tres mil euros en un país donde el salario mínimo es, más o menos, un tercio de esa cifra.