La historia detrás del disco menos vendido de todos los tiempos: "Fue una genialidad para vengarse de quienes no creyeron en él"
Fernando Neira cuenta la genialidad de Jean-Michel Jarre
La historia detrás del disco menos vendido de la historia: "Fue una genialidad para vengarse de quienes no creyeron en él"
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Madrid
La historia que esconde el disco menos vendido de la historia es una auténtica genialidad. Puede que al escuchar esta frase te quedes un poco patidifuso, puesto que a nadie le gustaría recibir este dudoso reconocimiento, pero lo cierto es que el compositor francés Jean-Michel Jarre lo abrazó como si se tratase de otro de los grandes éxitos de su carrera. Así nos lo ha contado Fernando Neira este viernes en el Hoy por Hoy, donde ha narrado la historia de una venganza perfecta contra un sistema que nunca terminó de confiar en él. Una industria que solo pensaba en los números y no en la calidad de obras de artistas como el protagonista de este texto.
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Jean-Michel Jarre tenía claro desde bien pequeño que lo suyo era la música. Todo ello gracias, entre otras cosas, a que su padre era el icónico compositor Maurice Jarre, ganador de tres Premios Oscar por bandas sonoras como las de Doctor Zhivago, Lawrence de Arabia y Pasaje a la India. Sin embargo, este quiso distanciarse rápidamente del mismo con un tipo de producción completamente distinta a la de su padre. Después de trabajar para distintos artistas de renombre en las primeras etapas de su vida, el protagonista de esta historia comenzó a labrarse una carrera en solitario a los 24 años de edad con el objetivo de buscar su propio lugar en la industria de la música.
Un único ejemplar en el mundo
Después de componer para varios artistas de renombre, y sacarse algo de dinero con todo tipo de jingles para Pepsi-Cola, Jean-Michel Jarre preparó un primer disco que se convirtió en un auténtico éxito y que supuso una auténtica inyección de autoestima para el compositor francés. Un primer disco, al que posteriormente le seguirían otros que serían igual de exitosos: "Jean-Michel consigue un éxito enorme alejándose de lo que hacía su padre y con una obra solo de sintetizadores, que no tenía ni letras, ni cantante, ni títulos para las canciones. Y la portada era una calavera gigante saliendo de un planeta, así que tenía todo para no triunfar".
Sin embargo lo hizo. Dos años más tarde sacó otro disco, de nombre Equinoxe, que todavía fue más exitoso que el primero. A raíz de este éxito, Jean-Michel Jarre decidió llevar a cabo un movimiento nunca antes visto en la industria: "Este disco fue la genialidad con el que Jean-Michel se vengó de toda la gente que no había creído en él ni en su música en sus inicios. En 1983 compone un LP integro, de nombre Musique pour supermarché, que comprendía de media hora de música". Y solo fabricó un ejemplar en vinilo.
Un movimiento revolucionario
Tras la creación de este disco, el compositor francés decidió destruir el Master de la canción públicamente ante un notario para que no se volviera a prensar nunca más. Y no solo eso, sino que decidió emitir este disco una sola vez en Radio Luxemburgo e invitó a la gente a que lo pirateara. ¿Y qué pasó con este ejemplar físico? Que acabó siendo vendido en un hotel de París por 69.000 francos de la época, que a día de hoy serían unos 9.000 euros al cambio: "Se aseguró de que solo se pudiera vender un único ejemplar. Lo podemos escuchar porque existen grabaciones piratas de la época. No es que la calidad sea muy buena, pero se puede apreciar lo que quería transmitir".
De esta manera, Jean-Michel Jarre combatió el sistema de la forma más original posible: "Al final, en este disco hay un componente de protestar contra todas esa superficies que venden música como los que venden pasta de dientes o Kleenex".
David Justo
(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología que aborda la vida digital desde otro punto...