Dembélé ya no es el del Barça

Ousmane Dembélé se ha reencontrado en París, aunque le ha costado. El francés pasó por Barcelona sin pena ni gloria y eso le ha lastrado durante varios años de su carrera. Las expectativas generadas por ser algo parecido a Neymar y el dinero que costó —más de 100 millones de euros—, pesaron mucho en su mochila y no pudo ser el jugador que apuntaba cuando salió del Borussia Dortmund para vestir la camiseta azulgrana. Por si fuera poco, el mosquito acabó desesperando al aficionado culé que acabó celebrando su salida al PSG hace dos temporadas por 50 millones.

Su primer año bajo las órdenes de Luis Enrique no terminó de ser el punto de inflexión para el internacional con Francia, pero en esta temporada, tras la salida de Mbappé del club parisino, parece haberse echado el equipo a la espalda y haber recuperado la sonrisa. Su hat-trick contra el Stuttgart en Champions League lo confirma. Es el hombre clave en el ataque del PSG: lleva 22 participaciones de gol en 25 partidos. Unas cifras que mejoran cualquiera de sus registros, que hasta este año tenían como su mejor actuación en la temporada 2018/2019 con el Barcelona donde hizo 14 dianas.

En los últimos siete partidos, Dembélé ha marcado 9 goles, algo que solo había conseguido en dos de las seis temporadas que vistió la camiseta del Barça. Y eso que a principio de este curso, su relación con Luis Enrique saltó por los aires. El asturiano siempre ha mostrado fascinación por el francés, pero no pudo ficharle en su día cuando dirigió al conjunto catalán, por lo que, cuando le ha tenido en su plantilla en París, ha querido encontrar su mejor versión. Un camino que les ha llevado a tener varias discusiones a lo largo de esta temporada, como la que vivieron en octubre, donde Ousmane fue apartado por indisciplina.

"No somos bros. Es una relación entrenador-jugador", llegó a decir Luis Enrique meses después. El entrenador, exseleccionador español y ex del Barça, explotó tras lo que hizo el jugador en un partido contra el Arsenal de la Champions. Según él, la decisión de castigarle era porque Dembélé "había faltado a sus obligaciones con el resto de la plantilla", pero el mosquito acabó pidiendo disculpas a la plantilla... y volvió a jugar. Sin embargo, en noviembre, volvieron a tener otro encontronazo tras una expulsión del delantero que se alargó por el enfado de Lucho, que le dejó sentado en el banquillo dos partidos más. Todo aquello le motivó, y es otro jugador.

La realidad es que las aguas se han calmado y Dembélé parece haber entendido lo que el técnico español le pedía: debía participar más en el juego del equipo y eso le acercaría más al gol. Dicho y hecho. El delantero francés ha mejorado en los últimos metros, ha dado un paso al frente, y eso se nota en sus registros anotadores.

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