Sinner tumba a un combativo Zverev y revalida su título en el Open de Australia

Jannik Sinner supera a Alexander Zverev en la final del Open de Australia y suma su segundo título consecutivo en la Rod Laver, después de hacer lo propio ante Medvedev en 2024. El italiano, que parecía intocable sobre el tapete azul de Melbourne, resuelve la final por la vía rápida (6-3, 7(7)-6(4) y 6-3) y consigue así el tercer Grand Slam de su carrera para reforzar su número 1 en el ranking ATP. El alemán, por su parte, vuelve a quedarse a las puertas de conseguir su primer Grand Slam, a pesar de llegar en mejor momento físico que Sinner. El italiano desesperó a su rival con su táctica y lo sacó del partido tras el tie-break del segundo set, arrollándolo en el tercero.

Sinner saca de quicio a Zverev (6-3)

La final soñada del mundo del tenis entre los dos mejores del mundo arrancó a las , hora local de Melbourne, cuando el sol empezaba a esconderse entre los rascacielos de la ciudad. Como si se tratara de un duelo al atardecer, los dos contendientes desenvainaron sus raquetas y comenzó el espectáculo. El primer golpe fue para Sinner, que impuso su estilo rápidamente, pero Zverev aún quería demostrar todo lo que tenía que decir en esta final. El alemán respondió bien con el 1-1 y, no contento con eso, siguió respondiendo a cada punto del italiano. Del 2-1 al 2-2 y del 3-2 al 3-3.

Sinner se descolgó finalmente con el 4-3 y, con el 5-3 consiguió un break y saque para cerrar el primer set de esta final. 'Sascha' se desesperaba con el estilo del italiano, que parecía no esforzarse sobre la pista, pero que siempre estaba colocado en el mejor lugar para repeler sus latigazos. Para cerrar el set, Sinner volvió a dejar otro par de golpes defensivos de escándalo y barrió a Zverev sin oposición para el 6-3 final.

Sinner pierde el orden, pero no el set (7(7)-6(4))

El tenista alemán se retiró brevemente a los vestuarios sin poder creer aún cómo había perdido un set en el que contó con el 81% de los primeros servicios. Salió con otra mentalidad, eso seguro, porque comenzó mandando en el segundo set y desplegó su mejor tenis para buscar la épica contra un Sinner frío y mecánico. Si 'Sascha' ponía la potencia, Sinner ponía la precisión de cirujano. Con el primer saque, el número 2 del mundo empujaba a su rival al fondo de la pista, atosigándole con potentes derechas. Pero la presión tenía que ser perfecta: si Sinner encontraba una fisura, su juego de dejadas, camufladas hasta el último momento, desconcertaba al alemán y lo sacaba del partido.

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A pesar de no encontrar las mejores sensaciones, Zverev se atrincheraba en su saque y conseguía mantener la inercia del set a su favor. Sin embargo, remontando un 0-30, Sinner forzó el 5-5 y repartió la presión, de nuevo, en el tejado del alemán. Zverev se quiso escapar para evitar el tie-break, pero Sinner volvió a 'agarrarlo' y forzó el desempate, afrontándolo con una estadística demoledora: el italiano había ganado 15 de los últimos 17 tie-break que jugó, incluidos los tres disputados en Australia.

La frustración de Zverev se hizo palpable con su intento, fallido por el arrepentimiento, de partir su raqueta contra el suelo tras mandar directamente fuera una potente derecha. No estuvo fino tampoco Sinner en el tie-break, perdiendo con errores no forzados los puntos que le sacaba con sudor a su rival. Su nivel le sirvió, sin embargo, para sumar un tie-break más a su cuenta y provocar, ahora sí, que un Zverev desesperado lo pagara con su raquetero en el banquillo. El número 1, a un set de coronarse.

El número 1 demuestra su rango (6-3)

El partido entró en un periodo de calma tensa en este tercer set, mientras la inercia del partido seguía desequilibrándose cada vez más hacia el lado del italiano. Con la copa ya presente en la pista, Zverev seguía sin encontrar la comodidad que pudiera llevarle a la remontada, fallando muchas derechas y allanando el camino del numero 1 hacia su tercer Grand Slam.

Sinner rompió a Zverev con el 4-2 y, viendo la inercia que le estaba dando el saque a ambos durante toda la final, parecía claro que el italiano ya tenía la final en el bolsillo. Lo confirmó con el 6-3, pasando a Zverev después de hacerlo correr hasta la red con una espectacular dejada. Sinner confirma que es el hombre a destronar con un tenis preciso, sin extravagancia pero sin fallos. Tres Grand Slams para él por los cuatro de Alcaraz en esta pelea de la nueva generación del tenis.