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Violeta Friedmann, la superviviente del Holocausto que derrotó a un nazi

Violeta Friedmann fue pionera en la lucha contra el negacionismo del Holocausto en España

Violeta Friedman, la superviviente del Holocausto que derrotó a un nazi

Violeta Friedman, la superviviente del Holocausto que derrotó a un nazi

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"Nunca olvidaré la noche en la que perdí a mi familia". Patricia Weisz tiene grabada en su memoria esa frase de su madre, Violeta Friedmann. "Cuando llegó a Auschwitz, junto a su familia, mandaron a la cámara de gas a su padre, a su abuelo materno, a su madre, a su abuela y a su bisabuela", relata Patricia, que se encarga de recuperar la memoria de su madre a través de la Fundación Violeta Friedmann. Sólo ella y su hermana se libraron de la cámara de gas y ese recuerdo tan doloroso la acompañó de por vida: "Son escenas que tengo muy grabadas, que no podré olvidar jamás. Una persona que haya pasado por aquellos campos, no duerme y está angustiada", recordaba Violeta Friedmann en una entrevista en 1993, en el programa Hora 25.

Un tabú

Violeta había nacido en Marguita, en la actual Rumanía y llegó a Auschwitz antes de cumplir los 14 años, en marzo de 1944. El 27 de enero vivió la liberación del campo, pero apenas tenía ganas de hablar de ello. Relatar su experiencia había sido un tabú, incluso en la más estricta intimidad. Era habitual que muchos supervivientes del genocidio nazi no quisieran hablar de ello, por miedo a revivir una experiencia traumática y por el temor a ser reconocidos. "Era un tema tabú", recuerda su hija.

Cuando emigró a Venezuela, se reunía con un grupo de amigos judíos, checoslovacos o húngaros en los que surgía la conversación. En ese grupo, había unas mellizas y una de ellas había sido víctima de los crueles experimentos que hacían los nazis con los prisioneros. Su hija recuerda que escuchaba algunas pinceladas, pero no había detalles, no había ganas de revivirlo.

Foto cedida por la Fundación Violeta Friedman

Foto cedida por la Fundación Violeta Friedman / Fundación Violeta Friedman

Foto cedida por la Fundación Violeta Friedman

Foto cedida por la Fundación Violeta Friedman / Fundación Violeta Friedman

Una larga lucha contra el negacionismo

Todo cambió cuando el ejemplar 168 de la revista Tiempo llegó a los kioscos. Violeta Friedmann se topó con un reportaje en el que Leon Degrelle, un general nazi refugiado en España al calor del Franquismo negaba el Holocausto. El nazi, que había conseguido el pasaporte español, decía que el doctor Mengele - el criminal de guerra que experimentaba con los prisioneros - era un doctor normal; ponía en duda la existencia de las cámaras de gas y acusaba al pueblo judío de inventarse enemigos. Además, sostenía que los judíos, si no encontraban enemigos, se los inventaban. "Es muy fuerte, es increíble", lamenta Patricia Weisz.

Los grandes despachos de abogados no daban esperanzas a Violeta Friedmann, pero apareció Jorge Trías, un jovencísimo abogado que propuso centrar la estrategia en la defensa del derecho al honor. Ella emprendió con fuerzas esa batalla legal, a pesar de tener una salud muy delicada, dado que "había tenido paludismo, tuberculosis ósea y tenía secuelas por su paso por Auschwitz".

Leon Degrelle estrecha la mano a Adolf Hitler

Leon Degrelle estrecha la mano a Adolf Hitler / ullstein bild Dtl.

Leon Degrelle estrecha la mano a Adolf Hitler

Leon Degrelle estrecha la mano a Adolf Hitler / ullstein bild Dtl.

La victoria de Violeta

"Perdía todos los juicios, los nazis la amenazaban", recuerda Patricia, que temía por la integridad física de su madre. A pesar de las dificultades, Violeta Friedmann se mantuvo firme en su intención de llegar hasta el final. Recibió el respaldo de Esteban Ibarra, que presidía entonces Movimiento contra la Intolerancia y la comunidad judía se movilizó para pagarle escoltas privados. Había serio riesgo para su integridad física, después de que grupos neonazis intentaran amedrentarla. Sin embargo, ella no utilizaba la expresión 'neonazi'. Decía que eran "los nazis de siempre".

En 1991, el Tribunal Constitucional le dio la razón. Su victoria cambió nuestro país, porque fue el impulso para la reforma del Código Penal en materia de discriminación. Aún sí le quedaron fuerzas para seguir alertando de la amenaza ultra. En 1993, Carlos Llamas le preguntó por el auge de la ultraderecha en Europa occidental. Ella respondió que le preocupaba la "sutileza escalofriante" con la que obraban. "Están metidos en muchos lugares y la gente corriente ni se da cuenta. A mí me asusta lo que va a ocurrir dentro de cinco o diez años", lamentaba Friedmann.

Marisol Rojas

Marisol Rojas

Trabaja en la Cadena Ser desde 2007. Empezó madrugando en Hoy por Hoy y ahora trasnocha en Hora 25....

 
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