Lo que el español Darío Gil está aceptando al trabajar con Trump: "Me sorprende en una persona con esa capacidad"
Darío Gil ha sido nombrado subsecretario de Ciencia e Innovación en el Departamento de Energía de Estados Unidos: es una figura en su campo, pero la historia de Trump con los expertos no suele acabar bien
Madrid
Los "ministros" de ciencia y tecnología del Hoy por Hoy, Jaime García Cantero y Nuño Domínguez, tendrán que gestionar el aluvión de noticias que les atañen que genera la nueva administración Trump. Pero este jueves se han fijado especialmente en el anuncio de la inversión multimillonaria en inteligencia artificial que presentó Trump junto con Sam Altman, de Open AI y los representantes de Oracle y Softbank. Por el momento son 100 mil millones, pero la idea es llegar a 500 mil millones.
Claro que Elon Musk se ha burlado de ellos poco después diciendo, en su red social, que no tienen ese dinero, que de dónde piensan sacarlo. Jaime García Cantero ha explicado que esperan que ponga el dinero Softbank, una compañía japonesa. "La cifra es absolutamente colosal. Nunca habíamos hablado de inversiones así, ni en inteligencia artificial ni en casi nada. Quinientos mil millones de dólares es una cifra tal que cuando comparamos las cifras en Europa es que es otro orden de magnitudes. Es doscientas veces lo que se gasta en Europa".
El dinero se gastará en infraestructuras, en centros de datos. Pero ¿qué tipo de empleo generará? Hablan de cien mil empleos directos, que además sean "American jobs", pero la IA no es una tecnología que requiera mucho capital humano. Más bien lo contrario. Básicamente estos empleos serán en la construcción de las infraestructuras, sospecha García Cantero.
"Ahí la gran pregunta es el hardware que está ahí dentro, esas máquinas. ¿Quién va a hacer esas máquinas? Porque Estados Unidos hace años que no fabrica hardware. Estados Unidos diseña hardware, pero el hardware se hace en China generalmente, o en algún otro país asiático. ¿Estamos hablando de que él va a volver a fabricar todo esto en Estados Unidos? Sería un movimiento absolutamente brutal", ha reflexionado, antes de apuntar otro dato importante: "El epicentro de esta inversión va a ser Austin, Texas. Ojo, Donald Trump está empeñado en que California, que es un estado demócrata, deje de contar con este tipo de empresas, y que el centro tecnológico empiece a ser Texas".
Otro aspecto relevante es la energía que necesitan esos centros de datos para funcionar. El objetivo de la administración es, como repiten, "drill, baby, drill", es decir, volver a las energías fósiles: perforar y perforar. Al mismo tiempo, Estados Unidos es líder en investigación de energías alternativas. Y los centros de datos necesitan mucha agua porque necesitan mucha refrigeración. Texas no es un lugar donde abunde el agua. Tesla, sin ir más lejos, ha tenido problemas con eso.
Texas es el estado donde opera Elon Musk, mucho más afín a las nuevas ideas republicanas. Por supuesto, su oficina de adelgazamiento del estado, DOGE, también ha aparecido en la conversación de los ministros, porque su segundo de abordo, el empresario de biotecnología, y en su día rival de Trump en las primarias republicanas, Vivek Ramaswamy, se ha borrado de la agencia y se ha marchado a Ohio, donde peleará por ser gobernador. Parece que la pelea entre ellos ha tenido que ver con los visados para fichar a extranjeros, un fenómeno muy habitual en el mundo tecnológico y sobre el que Trump ha dado mensajes contradictorios.
Un español en la Casa Blanca
Uno de esos inmigrantes de la tecnología es español, de Murcia, experto en nanotecnología y computación cuántica y considera que este momento es el más emocionante en el mundo de la informática desde los años 40. Se llama Darío Gil, ha sido vicepresidente de IBM y Trump lo ha nombrado subsecretario de Ciencia e Innovación en el Departamento de Energía de Estados Unidos. Nuño Domínguez ha explicado que va a tener bajo su mando 17 laboratorios públicos punteros "que hacen investigación en eficiencia de energías fósiles, pero también computación cuántica, supercomputación, o fusión nuclear, en la que Estados Unidos compite, por ejemplo, con Europa y con India. Además, hasta aceptar este cargo estaba muy preocupado, junto con Rafael Yuste, otro español, por la conexión de la mente humana con ordenadores y súper ordenadores, por todos los riesgos que eso puede conllevar. Es decir, que nos extraigan recuerdos, pensamientos que no queremos compartir, o que puedan controlar nuestra mente por control remoto".
Gil ya había sido asesor de Trump y puede entenderse que haya aceptado este puesto por las innovaciones que puede llegar a poner en marcha. Pero sin duda habrá también conflictos, en inversión en energías renovables, por ejemplo. Más allá de eso, y volviendo a esos años 40 que él mismo mencionaba en sus presentaciones, es curioso recordar que la empresa en la que él ha hecho su carrera, IBM, arrastra desde esa misma época un grave problema reputacional, como ha explicado García Cantero. IBM tuvo un rol muy importante en la Alemania nazi, a la que vendió máquinas sin tener en cuenta para qué se usaban. "La banalidad del mal" viene a cuento, porque esas tarjetas perforadoras se usaban en los campos de exterminio, como ha contado el periodista Edwin Black en "IBM y el Holocausto". "Yo creo que el debate ahora está en cuánta de la gente que está sumándose al carro [de Trump] porque, oye, te llaman y es una oportunidad brillante, dentro de 30 años se arrepentirá de ciertas cosas".
Jaime ha contado que conoce a Darío Gil, que ha venido mucho por España y ha dado muchas entrevistas, aunque lleva 30 años en Estados Unidos. Pero añade que "me sorprende que una persona con esa capacidad técnica, tremendamente inteligente, tremendamente preparada, por mucho que sea un puesto maravilloso, no tenga matices con esta administración". Tal vez piense que desde dentro puede redirigir el foco hacia las energías limpias y mantener su coherencia personal. Que es una de las personas que más sabe del mundo en estos temas es, por otro lado, algo indiscutible, como han sostenido tanto Jaime como Nuño.
Y tampoco es que los asesores científicos hayan acabado, en general, muy bien con Donald Trump.
Eva Cruz
Redactora en el magazine de 'Hoy por Hoy' desde 2017.