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Luigi Mangione, ¿asesino o Robin Hood? III parte

Félix Martín, fiscal de ‘Si amanece’, se sumerge en el tratamiento público de Mangione con los detalles de su captura como sospechoso

Luigi Mangione, ¿asesino o Robin Hood? III parte

Luigi Mangione, ¿asesino o Robin Hood? III parte

18:20

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En esta tercera entrega sobre Luigi Mangione, el fiscal de 'Si amanece' reflexiona sobre el tratamiento público de su imagen a través de los detalles de su captura.

Recordemos que los hechos que se le atribuyen, cometidos el pasado 4 de diciembre de 2024, consisten en la muerte a tiros en la puerta de un hotel en el centro de Manhattan de uno de los principales directivos de una de las más importantes compañías médicas norteamericanas.

Pero, como ya es tradición, Félix Martín decide profundizar en el análisis de este perfil biográfico y social a través de una película: Tenemos que hablar de Kevin (Lynne Ramsay, 2011). Con Tilda Swinton Ezra Miller y John C. Reilly como protagonistas, esta película británica le genera un gran desasosiego e incomodidad al fiscal.

El argumento de la película es el siguiente. Una escritora de éxito decide, a los 40 años, tener un hijo con su pareja, después de muchas dudas. En este contexto nace Kevin. Pero, ya desde el principio, ambos padres empiezan a notar comportamientos muy extraños en el niño. Con este panorama, ni Roberto ni todo el equipo han quedado impasibles ante el cuestionamiento de los valores inherentes a la cultura (que una madre siempre es buena, que un niño siempre es inocente o que el malo no es bondadoso) y la estructura narrativa del filme, de igual manera que le ocurre a Félix Martín.

Pero, ¿por qué el fiscal ha decidido escogerla? El motivo, tratar de cerrar, en cierta medida, el círculo de obras seleccionadas estas tres semanas. Todas ellas analizaban criminales magnéticos y atractivos: American Psycho (Mary Harron, 2000) retrataba a un hombre joven (Christian Bale), Instinto básico (Paul Verhoeven, 1992) ponía el foco en una mujer joven (Sharon Stone), mientras que Tenemos que hablar de Kevin situaba a un niño en el epicentro de la historia.

Si buscamos nexos de unión entre las tres películas, a parte del crimen, el otro gran tema ya lo hemos tratado varias veces en Juzgado de Guardia: la maldad de algunos crímenes evidencia que se puede nacer malo o bien que la maldad es sólo una opción consciente y voluntaria. Para tratar de decantarnos entre alguna de ambas posturas, solemos volver la vista a la infancia de los presuntos asesinos, ya que en sus biografías encontramos grandes pistas y respuestas.

¿Qué se sabe sobre la vida de Luigi Mangione?

El fiscal arroja un poco de luz sobre algunos datos. Mangione nació en Maryland, en el seno de una influyente familia dedicada al mundo inmobiliario. Esta se enriqueció gracias a los negocios del abuelo de Mangione, un siciliano que llegó a EE. UU. sin nada y que, a fuerza de trabajo duro, compró un club de campo en Maryland, donde desarrolló un campo de golf.

En la década de 1980, la familia compró otro club de campo y, al mismo tiempo, fundó una cadena de residencias de ancianos que dio a la familia un salto económico y social. La saga familiar también compró una emisora de radio WCBM, la cual emite programas conservadores, además de tener otras propiedades inmobiliarias. Es decir, la historia del sueño americano.

Félix Martín añade un poco más del bagaje de Mangione, quien se educó en los mejores colegios y universidades norteamericanas. Asistió a una escuela secundaria privada para varones en Baltimore (Maryland) llamada Gilman School, según confirmaron desde el centro educativo. De hecho, Mangione fue reconocido como el alumno con las mejores notas. Posteriormente, se graduó por la Universidad de Pensilvania, donde cursó una licenciatura y una maestría en Ciencias de la Computación, además de fundar un club de desarrollo de videojuegos.

En relación con su trayectoria laboral, los periódicos norteamericanos serios manifiestan a este respecto que trabajó como desarrollador de videojuegos o como ingeniero de datos en un sitio web de venta de coches. Por lo que no parece que hubiera nada que alertara de comportamientos extraños en Mangione a lo largo de sus primeros años.

No obstante, en los últimos tiempos, se están investigando una serie de circunstancias que confluyen en la vida de Mangione. La primera es que este se aleja de su entorno: tanto familia y amigos. De hecho, los periódicos mencionan que en las redes sociales sus amigos preguntaban por él y manifestaban preocupación. A esto, cabe añadir que se fue a vivir un tiempo a una comunidad para surfistas en Hawái. Sin embargo, gente de su entorno manifestó que tuvo que dejarla poco tiempo después debido a que una grave dolencia que tenía en la espalda había empeorado a causa de su práctica de surf y senderismo.

¿Es cierto que el propio sospechoso pudo tener problemas con su aseguradora médica?

Así mismo han informado las autoridades. Por lo visto, Magione había escrito en sus redes sociales, en julio de 2023, cómo había sufrido una grave lesión de espalda que le había causado mucho dolor. Los investigadores indagan si el sector de seguros le negó una reclamación o no le ayudó al máximo.

Sin embargo, Félix Martín señala que las autoridades han dado mucha importancia a la reseña que pocos meses antes de los hechos hizo Luigi Mangione por internet sobre un libro. El fiscal lo considera muy importante porque evidencia cómo las redes sociales son la huella de nosotros y nuestros pensamientos.

El contexto: Mangione, por internet, otorga cuatro estrellas a un texto titulado La sociedad industrial y su futuro, obra de Theodore Kaczynski, conocido como el autor del manifiesto Unabomber. A partir de Kaczynski, se llevó a cabo una campaña de atentados con bombas que empezó en 1978 y que derivó en 16 bombas que mató a tres personas e hirió a decenas más, hasta que fue arrestado en 1996. Un año antes, el autor propuso al FBI dejar de realizar atentados si se publicaba, en los principales periódicos, un manifiesto escrito por él donde alertaba de los peligros del desarrollo tecnológico.

En su reseña, Mangione reconoció que Kaczynski era un individuo violento que mató a gente inocente, pero indicaba que el libro no debía ser desestimado como el manifiesto de un lunático, sino como el trabajo de un revolucionario político extremo. En esta, además, Mangione escribió: "Cuando todas las demás formas de comunicación fallan, la violencia es necesaria para sobrevivir. Puede que no te gusten sus métodos, pero si ves las cosas desde su perspectiva, no es terrorismo, es guerra y revolución”.

Una vez sabemos esto, Félix Martín coincide que ya había señales en Mangione de que algo no andaba bien: falta de socialización, distanciamiento con su entorno, problemas médicos, soledad, empatizar con comportamientos extremos o sociópatas, etc. Estos son elementos de desconexión con la sociedad que hacen más fácil matar a alguien.

Pero qué otros aspectos del tratamiento en redes sociales apreciamos sobre estos hechos y la personalidad de Mangione. En primer lugar, el fiscal menciona el paseíllo al que se sometió a Mangione el día de su detención. Este llegó en helicóptero a un muelle de Manhattan. Allí, con un mono naranja y con todos los medios de comunicación esperándole, fue trasladado por decenas de armados y el propio alcalde de Nueva York, casualmente involucrado en un asunto de corrupción. Parecía una verdadera escena de Joker en Gotham, que ha contribuido en las redes sociales a contemplar a Luigi Mangione como una víctima del sistema y no como el presunto verdugo de un hombre.

Frivolización del crimen

Todo lo relatado hasta ahora, ha contribuido a la frivolización del crimen. Por ello, el fiscal de 'Si amanece' nos formula tres preguntas, sobre las cuales no sabe si tiene las respuestas.

La primera de ellas: ¿influye para la percepción de un crimen el aspecto físico del presunto autor? ¿su supuesta mayor o menor belleza? En segundo lugar, Félix Martín se pregunta de qué manera el supuesto motivo del autor puede difuminar las consecuencias del mal. Así como, también cuestiona en qué medida las redes sociales pueden servir de instrumento, no para informar sobre un hecho, sino para crear un clima de opinión favorable o desfavorable para una persona.

Lo cierto es que los tres factores se dan en este caso. En TikTok, la gente publicó vídeos del recorrido que hizo el asesino por Nueva York; mientras que en Spotify, empezaron a aparecer listas de reproducción dedicadas al sospechoso. Además, una vez arrestado Mangione, donantes anónimos organizan actividades de recaudación de fondos en línea. Más evidencias: la plataforma Etsy se vio inundada de prendas con mensajes a favor de Mangione, mientras que Amazon retiró productos similares de su sitio. Por otro lado, el trabajador de McDonald's que supuestamente lo reconoció y llamó a la policía, se ha convertido en blanco del odio en línea. Así como las redes sociales de la empresa donde trabajaba la víctima se han llenado de mensajes de odio dirigidos a la víctima fallecida.

Le preguntamos al fiscal por qué las redes sociales fomentan esta celebridad de ciertos asesinos. Y lo cierto es que las redes sociales que tienen muchas cosas buenas, tienen también sus aristas. Estas suelen fomentar una ausencia de empatía, de racionalidad. La gente suele dejarse llevar por las bajas pasiones, por la irracionalidad. Internet glorifica la celebridad a cualquier precio, la excentricidad, el histrionismo. Si lo mezclamos con un mensaje de ira a determinadas élites: tenemos un coctel explosivo que es capaz, incluso, de maquillar un crimen.

Aunque lo relevante no es el show que uno monta, sino los actos de uno y las consecuencias de esos actos, además si eso daña a otras personas. Es mucho más sencillo de lo que parece.

 
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