"No es el sistema quien acaba con la Humanidad": una experta en computación muestra cómo nuestra capacidad "para cometer errores" con la IA lo cambia todo
Virginia Dignum trabaja desde la ONU por una regulación urgente de la Inteligencia Artificial
O fascina o asusta. En la inteligencia artificial no parece haber término medio. Lo dice la portuguesa Virgina Dignum, una de las pioneras en este campo, que ha concedido una entrevista a 'Expresso' y apuesta por el sentido común: "Cuando se habla de inteligencia artificial unos quedan fascinados y otros se alarman. Necesitamos comenzar a invertir en la gobernanza de los sistemas. Si dejamos que siga creciendo sin ninguna regulación estamos provocando que se produzcan problemas y situaciones complicadas. Necesitamos señales de tráfico y un cinturón de seguridad para la inteligencia artificial".
Dignum es profesora de inteligencia artificial en Suecia, en la universidad de Umea. Graduada en Matemáticas Aplicadas, desarrolló en Ámsterdam los primeros sistemas de inteligencia artificial, bastantes diferentes a los actuales, asociados a los sistemas de aprendizajes. Entonces se centraban en la planificación y programación. Especialista en la industria del automóvil, es partidaria de diseñar señales y cinturones de seguridad que prevengan accidentes al utilizar inteligencia artificial.
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"No es el sistema el que decidirá acabar con la Humanidad. Eso es ciencia ficción. Mi miedo tiene más que ver con nuestra capacidad de utilizar herramientas para cometer errores", cuenta.
Como pionera, esta experta explica cómo ha evolucionado la inteligencia artificial. "En el pasado teníamos que descubrir cuáles eran las reglas y luego implementarlas de manera que el sistema lo entendiera. La gran revolución se produjo hace 10 o 12 años, cuando en lugar de tener todas esas reglas manualmente nos dimos cuenta de que se podían construir reglas mediante el análisis de datos, identificar patrones y usarlos como base para establecer el modelo. Fue la gran revolución. Lo que hacemos ahora con ChatGPT es solo un cambio en forma", asegura.
Dignum cree que el ser humano está preparado para la inteligencia artificial, pero discute el nombre elegido para llamarla: "Es el peor que hemos podido elegir. Los sistemas no son tan inteligentes como nosotros lo somos. Son extremadamente sofisticados en la forma en la que trabajan con grandes cantidades de datos a una velocidad que no podemos seguir".
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"La inteligencia no es una característica lineal, no es algo que crece siempre en la misma dirección. Hay personas que son más ágiles en términos cognitivos, otras en términos emocionales, etc... Las personas son inteligentes en muchas dimensiones diferentes. Los sistemas que estamos desarrollando son más o menos inteligentes solo en la parte cognitiva. Y eso no significa que automáticamente comiencen a ser conscientes", afirma.
Explica que la inteligencia humana es mucho más "contextual y variada que los sistemas que estamos construyendo" porque "tenemos la capacidad de inventar el sistema".
"Actualmente no tenemos una definición de qué es un permiso de conducir con inteligencia artificial. Ni siquiera sabemos qué son los cinturones de seguridad con inteligencia artificial o las señales de tráfico. La preocupación que tenemos que tener con esos sistemas es que terminen siendo mal utilizados, ya sea por ignorancia o intencionadamente", cuenta.
La experta cree que urge una regulación: "La inteligencia artificial es ahora un coche conducido por una persona sin permiso de conducir en una calle sin señales de tráfico. Es una situación que entendemos no es deseable para nadie, tampoco para quienes desarrollan los sistemas. La idea de que la regulación reducirá las posibilidades de innovación es errónea. La regulación nunca reduce la innovación. Si la normativa dice que es necesario utilizar frenos, es una apertura del mercado para que las empresas fabriquen frenos".
Y avanza la fórmula: "Se puede hacer de muchas maneras, no tiene por qué ser solo reglas y leyes. Es urgente comenzar a discutir esto. Debe de haber un diálogo global y eso es lo que estoy haciendo en el Consejo Asesor de la ONU. No es realista pensar que todos los países seguirán las mismas reglas y leyes para la inteligencia artificial, pero debemos empezar a debatir estas cuestiones políticamente".