Scholz aconseja "cabezas frías" para abordar el mandato de Trump
El canciller alemán ha pedido cautela a la hora de tratar con el nuevo presidente de Estados Unidos
Berlín
El canciller alemán, Olaf Scholz, ha pedido cautela a la hora de tratar con el nuevo presidente estadounidense, Donald Trump. Sobre todo, "se necesitan "cabezas frías" en "un mundo que está permanentemente al borde de un ataque de nervios en el espejo de las redes sociales", sugiere Scholz, porque "ni cada rueda de prensa en Washington, ni cada tuit debe sumergirnos en acalorados debates existenciales".
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"Está perfectamente claro que el presidente Trump y su Gobierno mantendrán al mundo en vilo en los próximos años. En política energética y climática, en política comercial, en política exterior y de seguridad y en otras áreas", admite Scholz en su intervención en el Foro Económico Mundial de Davos. Sin embargo, considera que Europa puede y va a afrontarlo, "sin excitación ni indignación innecesarias, pero también sin falsas complacencias".
Scholz tiende la mano a Trump
"Debemos hacer todo lo posible para preservar los principios fundamentales del orden mundial", afirma el canciller, refiriéndose en concreto a "la inviolabilidad de las fronteras". Un mensaje claro al presidente ruso, Vladímir Putin, pero también a Trump, quien ha causado un gran revuelo con sus planes sobre Groenlandia. Al mismo tiempo, Scholz tiende la mano: "Estados Unidos es nuestro aliado más cercano fuera de Europa y haré todo lo que esté a mi alcance para que siga siendo así, porque es de nuestro interés mutuo, porque una cooperación estrecha entre Europa y Estados Unidos es esencial para la paz y la seguridad".
Para el canciller alemán no hay nada de malo en tener en cuenta los intereses del propio país, tal como defiende Trump y admite: "Nosotros también lo hacemos". El mayor interés de Alemania, sostiene, es la Unión Europea, lo que le lleva a trabajar por una Europa fuerte y unida entre sus miembros y con los socios de todo el mundo. Y para ello, asegura, debemos aumentar nuestra capacidad y gasto en defensa. Se trata, propone, de conseguir una industria armamentística europea que desarrolle conjuntamente proyectos a gran escala, como ya se hace, por ejemplo, con los carros de combate y los aviones.