El PP y Telefónica
Aznar cambió al presidente de Telefónica y al nuevo presidente, Juan Villalonga, no se le conocía habilidad alguna en el sector de las telecomunicaciones, sólo que era compañero de pupitre del colegio de Aznar
El PP y Telefónica
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Madrid
Poco después de llegar a Moncloa, en 1996, Aznar cambió al presidente de Telefónica. Al nuevo presidente, Juan Villalonga, no se le conocía habilidad alguna en el sector de las telecomunicaciones. Sólo se sabía que era compañero de pupitre del colegio de Aznar. ¡La que armó en la compañía!
Un poco más adelante, un desconocido Miguel Blesa, cuate de Aznar en las oposiciones a inspector de Hacienda y sin experiencia alguna en el sector financiero, fue nombrado presidente de la segunda caja de ahorros del país, Cajamadrid. Todavía andan por los juzgados algunos de los desmanes que entonces se cometieron, y Blesa acabó como acabó.
Pueden ponerse muchos más ejemplos, los de Francisco González, FG, que asumió la presidencia de Argentaria y acabó quedándose con el imperial BBVA. O el de Alfonso Cortina, que hizo lo propio con Repsol. O César Alierta, que se hizo con Tabacalera. Etcétera, etcétera.
De las privatizaciones del Partido Popular se dijo que habían sustituido el sector público empresarial por un sector privado gubernamental. Más cómodo.
Con esos antecedentes, Núñez Feijóo debería ser más prudente cuando afirma que ningún Gobierno puede cesar al presidente de una compañía en el salón de la Moncloa, y que España debe activar todas las alarmas ante esta deriva antidemocrática.
Debe referirse a la de Trump. Corre en riesgo si no, de que le señalen el pecado original.
Joaquín Estefanía
Es periodista, exdirector del periódico 'EL PAÍS' donde sigue firmando columnas. También colabora en...