Inauguración
En la palabra inauguración se puede intuir el augurio o el agüero. Y es que la palabra nos lleva a la Antigua Roma y a la costumbre de consultar a los augures sobre el futuro, una vez terminado un edificio público
La palabra del día | Inauguración
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Madrid
La ceremonia que hoy seguirá con atención medio mundo se llama en Estados Unidos 'Día de la inauguración', que no se refiere a la inauguración de la persona, sino de su mandato. Lo que aquí y ahora llamamos investidura o toma de posesión, por ejemplo, aunque hubo un tiempo en que inauguración también se refería en castellano a la exaltación de un soberano al trono, lo que ahora llamaríamos entronización o coronación. Y ni siquiera, porque hablamos de la proclamación de Felipe VI, por ejemplo, ya que no fue coronado ni se sentó en un trono.
En la palabra inauguración se puede intuir el augurio o el agüero. Y es que la palabra nos lleva a la Antigua Roma y a la costumbre de consultar a los augures sobre el futuro, una vez terminado un edificio público. Conocido el dictamen de los augures, si era favorable, el edificio quedaba inaugurado y podía ser utilizado. Ese es el sentido que hoy damos a la palabra inauguración en castellano: el acto de abrir un establecimiento público y, por extensión, dar inicio a un evento. Entre las múltiples formas de llamar a la toma de posesión de un mandatario llama la atención la que usan en México: allí lo llaman toma de protesta. Y no se refiere a que los ciudadanos prejuiciosos se quejen por adelantado de lo que les va a caer, es que protesta, en su tercera acepción, nombra la promesa solemne de un alto dignatario al tomar posesión de su cargo. Aunque es fácil suponer que la inauguración de Trump suscite protestas en México.