La transformación radical de Elon Musk: de demócrata convencido a catalizador mundial de la ultraderecha

Durante una entrevista, en un famoso 'talk show' de Estados Unidos, a Elon Musk, en 2015 le formularon el siguiente planteamiento: "Intentas hacer el bien, y además eres milmillonario, ¿qué eres, un superhéroe o un supervillano? Solo puedes elegir una opción". El magnate de Tesla eludió en cierta manera la respuesta. "Intento hacer cosas útiles", zanjó ante la risa del público. Aquello fue en 2015, cuando el ahora propietario de X -nombre con el que sobrescribió la plataforma Twitter- era un "demócrata moderado", según él mismo confesó en una charla con Donald Trump el pasado mes de agosto. En esa conversación, también reconoció que no le gusta que le tachen de extrema derecha. "Es absurdo", comentó, "yo apoyé a Obama, de hecho una vez esperé horas para estrecharle la mano", sentenció

Una de las obsesiones de Musk son los superhéroes (le puso a su hijo el nombre de Xavier, por el protagonista de X-Men, el profesor Xavier). Y en toda historia de personajes con superpoderes hay una crisis existencial - cuando no, un accidente de laboratorio- que convierte al héroe en villano. Antes de codearse con líderes ultras de casi media Europa, Musk "siempre se ha definido en un espacio político a medio camino entre demócratas y republicanos", explica el profesor José Antonio Gurpegui, catedrático de Estudios Norteamericanos y director del Instituto Franklin.

En su decisión de decantarse acérrimamente por Trump, con el que mantiene "una sintonía total en cuanto a la visión del mundo", añade el catedrático, está su deseo de dar la batalla ideológica contra la cultura conocida como 'woke'. "No sé si calificarlo de odio, porque si no lo es, está muy próximo, hacia la cultura 'woke', sobre todo, a raíz del paso de hombre a mujer que hizo su hijo -ahora hija- con el que ya no se habla. Para él está muerto", argumenta el profesor Gurpegui. En efecto, esa experiencia, descrita por el propio Musk como algo negativo, le motivó para afiliarse a una corriente más conservadora. El propio multimillonario dijo en una entrevista: "A mi hijo lo asesinó el virus de la mente 'woke'. Desde entonces me juré a mí mismo destruir ese virus".

La conversión de su hijo transexual ocurrió en plena pandemia. Por aquel entonces, el empresario de origen sudafricano afincado en California, calificó el confinamiento como una política propia de la extrema derecha. "Decirle a la gente que no puede salir de su casa, y que si lo hacen serán arrestados, es de ser fascista", espetó durante una charla en Twitter, cuando los fallecidos superaban la cifra de los 50.000 (abril de 2020). Para Gurpegui, Musk "siempre ha sido una suerte de singular antisistema, opuesto a cualquier tipo de creencia generalizada. En esto se parece, por ejemplo, a Donald Trump", añade el experto.

Poco o nada se parece este Elon Musk con el de hace cinco años. Por poner un ejemplo que ilustre este cambio de tendencia basta con leer este tuit: "lo que sucede en la superficie de la Tierra no tiene un impacto significativo en el cambio climático". Muy contradictorio a lo que era su labor, la de fabricar coches eléctricos "para salvar el planeta" (lo dijo en la propia charla con Trump, en agosto).

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A la pregunta de si se consideraba un héroe o un villano, el dueño de SpaceX no llegó a contestar, pero algunos de los analistas en Estados Unidos que han profundizado en este cambio ideológico lanzan esta tesis: "Cómo Elon Musk se convirtió en superhéroe y luego en supervillano".