El descabellado precio de la ración de croquetas en Bélgica: lo grave está en la cantidad
Nuestro corresponsal en Bruselas cuenta lo que se encontró cuando llego a la ciudad del Parlamento Europeo
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Si de algo podemos presumir los españoles es de nuestra gastronomía. Y no solo de los tradicionales platos elaborados como la paella, el cocido madrileño o la fabada asturiana. Las tapas ya gozan de una establecida fama mundial y no es para menos, porque, ¿a quién no le encanta cuando le ponen un pequeño plato de comida con la cerveza?
Para llegar a los orígenes de la tapa hay que remontarse al siglo XIII, cuando el rey Alfonso X impuso que el vino no se sirviera solo en los mesones para evitar que la gente se emborrachase con facilidad. Hay otros rumores que aseguran que las tapas comenzaron a servirse al comprobar que tomar comida salada, aumentaba las ganas de beber. Sea cual sea la historia de la tapa, lo que está claro es que esta tradición tan generalizada en nuestro país no es algo que se haya llevado a otras partes del mundo.
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Nuestro compañero Enrique García, corresponsal en Bruselas, cuenta en El Faro que en la capital belga no tienen costumbre de poner nada con las bebidas y eso que su caso, las cervezas son de alta graduación. "Es bueno que te pidas un platito de 'les frites', las patatas fritas, porque sabes que aquí en Bélgica, con dos cervezas, ya puedes ir un poquito regular porque tiene mucha graduación. A lo mejor en algún sitio te ponen frutos secos, pero no es lo habitual, de aceitunas ni hablamos", decía entre risas.
Pero lo que sí que tienen son croquetas. Y es que estos fritos son muy tradicionales tanto en los Países Bajos como en Bélgica. Aunque eso sí, su precio no es para todos los bolsillos. Enrique García cuenta que, de hecho, se trata de un productor un tanto "gourmet". "Las croquetas, que aquí las hacen con queso, en ocasiones también con jamón o bechamel, para los belgas es algo como muy selecto", explica. El periodista recuerda que en sus primeros días en la ciudad del Parlamento Europeo, se sorprendió con los precios de este plato tan típico español.
"Veía un plato de croquetas a 17 euros y decía 'bueno una ración de croquetas' y resulta que luego la pides el plato y te traen dos croquetas", contaba con sorpresa García, originario de Sevilla, que reconoce que venía acostumbrando a los precios de su ciudad natal donde había llegado a encontrar un plato de "tres señoras croquetas" por 3,50 euros.
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