Un bosque que sirve como cápsula del tiempo y las tribus prehistóricas organizadas en torno a las mujeres
Patricia Fernández de Lis explica en 'Hora 25' dos estudios científicos: uno sobre el papel de las mujeres en la Prehistoria y otro de un bosque descongelado de hace 6.000 años
Tribus prehistóricas organizadas en torno a las mujeres
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Madrid
Como siempre se ha dicho, la historia la escriben los vencedores, y en este caso, los vencedores de toda la historia de la humanidad son los hombres. Cada vez sabemos más del papel que jugaron las mujeres en la Prehistoria, que fue fundamental, y que ha sido sistemáticamente silenciado en los libros de historia; lo que la ciencia nos demuestra cada vez más es que las reconstrucciones de las formas de vida de los humanos prehistóricos que hemos visto en libros y museos, con los hombres cazando y las mujeres cocinando, son totalmente androcentristas. Y hay razones para ello. Antes de la Primera Guerra Mundial, de hecho, no hubo ninguna prehistoriadora.
Ahora sabemos, por ejemplo, que las mujeres del Paleolítico eran muy fuertes, que cazaban, que realizaron innovaciones técnicas, y también sabemos que mandaban. Y eso es justo de lo que trata el estudio que hemos conocido esta semana. La revista 'Nature' publicó ayer una investigación que se basa en el análisis de ADN de restos de hace 2.000 años recuperados de cementerios celtas. De ese estudio se deduce que las tribus de la actual Inglaterra se organizaban en torno a las mujeres.
Aunque lo parezca, no es una sorpresa; hay grandes guerreras celtas muy conocidas históricamente, como Boudica, que lideró una rebelión contra los romanos y los derrotó en varias ocasiones, o Cartimandua, que fue la última reina de los brigantes. Es decir, había líderes guerreras y reinas.
¿Qué novedades aporta el estudio?
Sabíamos de estas reinas y guerreras, pero parecen una excepción, tienen historias muy singulares, pero lo que nos cuenta este estudio es que no era tan raro. Lo que han hecho estos científicos es recuperar el ADN de una cincuentena de restos humanos de la Edad de Hierro, enterrados al sur de Inglaterra. Y gracias a eso han reconstruido el árbol genealógico de aquella comunidad, y han encontrado dos cosas muy curiosas: las mujeres estaban emparentadas, los hombres no.
¿Y eso qué significa?
Significa que estamos hablando de sociedades ‘matrilocales’. Es decir, en las parejas que se forman, la mujer pertenece al grupo, al clan familiar, mientras que el hombre procede de fuera. Esto nos indica que los maridos se trasladaban a las comunidades de sus esposas al casarse, y que la tierra se transmitía a través de la línea femenina.
De hecho, este estudio indica que las mujeres parece que poseían la tierra y tenían autonomía, mientras que los hombres solían estar fuera, quizá guerreando, y no eran dueños del territorio. Todo indica que el poder parece transmitirse por línea de descendencia femenina. Y es la primera vez que se documenta este tipo de sistema en la prehistoria europea.
¿Y esto era algo especial de esta tribu o una realidad entre las demás comunidades celtas?
Parece que no es una anécdota, porque en muchos de los enterramientos estudiados de otras partes de la isla, se han encontrado restos de mujeres acompañadas de un ajuar muy rico, que indicaría su estatus especial. Habrá que esperar a que se hagan más análisis de ADN.
Algunos científicos reprochan estas investigaciones que están repensando el papel de la mujer en la prehistoria y las acusan de tener de prejuicios en favor de las mujeres, pero olvidan hasta qué punto los primeros estudios de la evolución humana estaban marcados por prejuicios en favor de los hombres. De hecho, hablan de "sesgos feministas", ignorando que las mujeres son parte de la historia, y que el hecho de que tuvieran poder es lo lógico, y que lo ilógico y lo que tiene sesgo es lo otro. O sea, el patriarcado no es "natural", es una manera de pensar y actuar que ha instaurado un orden de cosas basado en que ha habido jerarquía entre los hombres y las mujeres desde el comienzo de los tiempos, en la que mandaban los hombres. Y eso es mentira. Lo que la ciencia demuestra con cada estudio que se publica es que siempre han existido sociedades matriarcales y siguen existiendo.
Un bosque de 6.000 años
El deshielo del hielo alpino en las Montañas Rocosas ha descubierto un bosque de pino blanco de 5.900 años. Los científicos que estaban por allí descubrieron que había habido un deshielo de la zona, fueron a ver qué se encontraban, y hallaron más de 30 pinos blancos a 3.000 metros sobre el nivel del mar, que es 180 metros más alto que la línea actual de árboles
Este bosque nos ofrece una ventana al pasado, a cómo eran los bosques hace 6.000 años. Los pinos blancos ya no crecen a esta altitud. Así que para entender la historia de este bosque perdido, el equipo analizó los anillos de los árboles y utilizó datación por carbono para determinar su edad. Descubrieron que los árboles vivieron hace casi 6.000 años y se quedaron así perfectamente congelados casi en ese momento, están perfectamente preservados. Solo en las últimas décadas las temperaturas han aumentado lo suficiente como para liberar a los árboles de esa cripta helada.
El deshielo
Estos descubrimientos son científicamente interesantes, pero también son un recordatorio de lo frágiles que son los ecosistemas frente al cambio climático.
De hecho, entre las capas de hielo que han ido perdiendo las Montañas Rocosas se han encontrado ya cosas como flechas y dardos con más de 10.00 años de antigüedad. En otros lugares se han encontrado muchas más cosas: mamuts y rinocerontes lanudos en Siberia, momias humanas como Ötzi, el Hombre de Hielo, al que encontraron en los Alpes italianos. Y en otros lugares hasta ciudades enteras. En Groenlandia se han hallado estructuras de asentamientos vikingos, que han quedado al descubierto también por el derretimiento del hielo, y en regiones árticas, vestigios de comunidades Inuit, incluidas herramientas y refugios. Y cosas más recientes, por ejemplo, en los Alpes y Siberia, se han hallado cuerpos de soldados de la Primera y Segunda Guerra Mundial que han salido a la luz con sus uniformes intactos.