Más de 30 hospitales derruidos, sin casas, sin escuelas y con el agua contaminada: el devastador impacto de la salvaje guerra en Gaza
Según la ONU, la situación humanitaria supera las peores expectativas que se puedan imaginar en una guerra como esta, donde el equilibrio de fuerzas no ha existido y donde los civiles han pagado un precio demasiado elevado. Sin viviendas, sin escuelas, sin hospitales, sin producción agraria, con el agua y el suelo contaminados, el futuro es poco esperanzador
Imagen de una Gaza devastada por los bombardeos israelíes
Madrid
Las ofensivas militares de Israel en Gaza han sido devastadoras, pero la guerra que desde hace 15 meses desató sobre la Franja ha superado las peores pesadillas de los mejores analistas. La respuesta hebrea a los ataques de Hamás del 7 de octubre del 2023 ha matado a más de 46.000 personas, destrozado todo un territorio, derruido hospitales, escuelas y empresas, y ha dejado la Franja de Gaza convertida en un erial de destrucción y muerte.
Nadie esperaba que cuando Israel ordenó el operativo terrestre, este fuera a durar 15 meses, convirtiéndose en la guerra más larga desde el conflicto de 1948 que se cerró con la creación del estado de Israel.
El ejército de Netanyahu decidió responder a los ataques del 7 de octubre con una campaña militar feroz y destructiva sin precedentes, que solo se vió interrumpida por un breve alto al fuego y un mini acuerdo de liberación de rehenes. Desde el comienzo, Netanyahu ha dicho que no pararía hasta una victoria total sobre el grupo terrorista Hamás, que en su ataque inicial dejó 1.200 personas muertas en Israel y 251 rehenes en manos de los islamistas.
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En cifras, más de 46.000 palestinos han sido asesinados en Gaza por ataques de Israel, la mayoría civiles, y representan el 2% de la población de Gaza. Ha muerto uno de cada 50 habitantes de la Franja. 13.300 niños entre las víctimas, el menor con apenas unas horas y el mayor de los muertos, un anciano de 101 años. Además, 110.000 personas resultaron heridas y muchas arrastran lesiones que les han cambiado la vida, como amputaciones, quemaduras, y lesiones en la cabeza.
El recuento oficial de los muertos en la guerra incluye sólo a los muertos por bombas y balas, cuyos cuerpos han sido recuperados y enterrados. Así, se cree que unas 10.000 personas muertas por los ataques aéreos están sepultadas en edificios derrumbados, debido a la falta de equipo pesado o combustible para excavar a través de las ruinas de acero y concreto en busca de ellos.
Por otro lado, el hambre, la falta de refugio y medicamentos, la rápida propagación de enfermedades infecciosas y el colapso del sistema de salud han matado a muchos otros palestinos durante la guerra. Todo ello como parte de la estrategia de Israel.
El hambre está siendo utilizado como arma de guerra, sin envíos humanitarios, con una hambruna rampante entre la población, con problemas de desnutrición, atrofia en el crecimiento y con un medio ambiente arrasado con el suelo y el agua contaminados.
El impacto de la campaña en los civiles que viven en Gaza dio lugar a acusaciones de genocidio, incluso por parte de grupos de derechos humanos, académicos y gobiernos extranjeros. Sudáfrica, como país, llevó la acusación contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia. La campaña israelí de intensos bombardeos aéreos y demoliciones masivas ha arrasado grandes regiones de Gaza y ha dejado barrios enteros apenas habitables.
Nueve de cada 10 viviendas en el territorio han sido destruidas o dañadas, según los datos que ha publicado esta pasada semana Naciones Unidas. Además, escuelas, hospitales, mezquitas, cementerios, tiendas y oficinas también han sido atacados en repetidas ocasiones.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha explicado que los datos sobre muertes verificadas indican "una aparente indiferencia hacia la muerte de civiles y el impacto de los medios y métodos de guerra".
Incluso el aliado más firme de Israel, Estados Unidos, puso un tope a alguno de los envíos de armas a Israel, debido a las preocupaciones, y en septiembre el Reino Unido también decidió suspender licencias de exportación de armas a Tel Aviv debido a la conducción de la guerra por parte de Israel.
Alrededor de 1,9 millones de personas han sido desplazadas, lo que supone el 90% de la población, y muchas de ellas se han visto obligadas a moverse repetidamente durante este periodo. Cientos de miles de personas viven ahora en tiendas de campaña y refugios gravemente superpoblados, con saneamiento deficiente y acceso a poca agua potable. Estas áreas de refugiados no se han librado de los ataques de Israel.
La guerra ha dejado más de 40 millones de toneladas de escombros, en edificios colapsados que podrían estar llenos de minas o bombas, incluidas trampas explosivas y artificios sin explotar. Los cálculos señalan que podría llevar más de una década eliminarlo.
Casi todas las escuelas de Gaza han sido dañadas o destruidas y ninguna está en funcionamiento. Los 660.000 niños en edad escolar de Gaza no han tenido acceso a la educación formal durante más de un año.
La guerra retrasará la educación allí hasta cinco años, y corre el riesgo de crear una generación perdida de jóvenes traumatizados permanentemente, según un estudio que ha elaborado la Universidad de Cambridge en el Reino Unido y la propia Naciones Unidas.
La Organización Mundial de la Salud dice que ha habido 654 ataques contra hospitales e instalaciones sanitarias de Gaza. 1.050 sanitarios asesinados y centenares detenidos y algunos muertos bajo custodia de Israel. Antes 36 hospitales había en la Franja. Ahora solo hay dos funcionando a medio gas.
La CPI ha ordenado arrestar a Netanyahu y a su ex ministro de Defensa, Yoav Gallant, por presuntos crímenes de guerra relacionados con el conflicto. El líder de Hamas hace un año, Mohammed Deif , también recibió una orden de arresto.
Victoria García
En la SER, desde hace casi tres décadas, con algunas ausencias. Antes en Antena3 Radio y TV. Trabajé...
