5 remedios caseros para que las juntas sucias de tu ducha vuelvan a lucir como el primer día
Para combatir la humedad y el moho hay muchas formas de lo más asequibles
La humedad es un problema para cada rincón de nuestra casa y, aunque hay zonas que sufren más que otras dependiendo de la estación en la que nos encontremos, como las ventanas en invierno, hay un lugar que siempre está expuesto a ella. Ese no es otro que la ducha, donde, como es obvio, hay un mayor flujo de agua diariamente y se aumenta la necesidad de tener que hacer un seguimiento de cara a mantenerlas limpias y sin que se estropeen.
Siendo tan húmedo su entorno, hay riesgo de que pueda aparecer moho por su constante contacto con agua y jabón. Este no solo da un mal aspecto a tu zona de baño, sino que es perjudicial para la salud por los vapores que desprende, así que es mejor combatirlo. Si no quieres experimentar su aparición, hay una serie de recomendaciones para prevenirlo, sobre todo de las comprometidas juntas, que ha recogido la web alemana Gofeminin:
- Después de la ducha, seca azulejos, cristales de la cabina y las juntas con una escobilla.
- Con una buena ventilación la humedad se escapa, así que si tienes ventana en el baño, ábrela por las mañanas.
- Abriendo la puerta de la ducha la humedad también se va de la zona de baño, ayudando a que se seque antes.
- Regular la temperatura, siendo la óptima entre 22 y 23 grados.
Eliminar el moho
Si aún así tienes moho en las juntas de tu ducha hay una serie de remedios caseros con productos que son asequibles. El más común es el bicarbonato de sodio, un auténtico clásico de la limpieza, y lo único que tendrás que hacer es mezclarlo con agua hasta que espese, aplicar la combinación en la zona con un cepillo de dientes y enjuagarlo bien, sin olvidarte de secarlo después. Pero no es el único producto, sino que puedes usar algunos más, siempre, por supuesto, utilizando guantes.
El vinagre es muy bueno para ello, diluyéndolo en agua con la proporción de un tercio y usando una esponja para frotar la suciedad con el líquido. De la misma manera, puedes usar bálsamo de limón con la misma aplicación. La pasta de dientes también te ayudará en este propósito, al igual que el peróxido de hidrógeno, que es bastante suave entre los limpiadores químicos, utilizando un paño y limpiando la zona, quedará muy bien.
Entre los productos más potentes están los limpiadores con cloro, pero hay que tener cuidado con ellos porque pueden provocar irritaciones respiratorias, por lo cual hay que usarlos en dosis pequeñas. Lo mismo pasa con el amoniaco, que hay que suavizarlo con algo de agua o usar productos que ya la llevan incorporada. Queda claro que ante el problema del moho, soluciones hay bastantes, solo debes de escoger la que más te guste.