Así fue como una simple foto cambió para siempre la vida de uno de los villanos más célebres de la historia del cine

Madrid

El pasado 9 de enero se cumplieron cien años del nacimiento de Lee Van Cleef. Un actor, de origen estadounidense, que pasará a la historia como uno de los villanos más celebres de la historia del spaghetti western. Todo ello gracias a su trabajo en películas tan míticas como La muerte tenía un precio o El bueno, el feo y el malo, donde se convirtió en un auténtico icono de su generación. Sin embargo, nunca llegó a tener del todo claro que podría dedicarse a la interpretación de forma profesional. De hecho, llegó un punto en el que acabó dejando su profesión cansado de ser un simple figurante para comenzar a vender cuadros, ya que pensaba que todo le iba a ir mejor así.

Pero todo cambió gracias a una fotografía. Con el objetivo de celebrar esta efeméride, en Sucedió una noche hemos ahondado acerca de la figura de Lee Van Cleef y sobre cómo este actor pasó de estar en el ostracismo a convertirse en uno de los villanos más carismáticos del cine del Oeste. Después de dar vida a un sinfín de personajes secundarios durante algo más de una década, el actor estadounidense decidía abandonar el cine en el año 1963 porque estaba cansado de que su carrera no terminara de despegar.

Rumbo al estrellato

En su lugar, Lee Van Cleef decidió montar un negocio de decoración de interiores en Nueva York (Estados Unidos) junto a su esposa y se ganaba la vida como pintor de cuadros. A pesar de que ya había dicho adiós al mundo de la interpretación, el actor estadounidense recibió una llamada que le cambiaría la vida por completo. Al otro lado del teléfono se encontraba el director de cine italiano Sergio Leone, quien después de ver varias fotos del protagonista de esta historia llegó a la conclusión de que podía ser el sustituto perfecto de Lee Marvin para la película La muerte tenía un precio.

A pesar de que Lee Marvin fue la primera opción de Sergio Leone para este papel, el actor estadounidense le dejó tirado en el último momento en pleno desierto de Almería. De esta manera, el director italiano se quedaba sin un actor que pudiera plantar cara al cazarrecompensas Manco (Clint Eastwood) a tan solo unos días del comienzo del rodaje. Sin embargo, Lee Van Cleef rechazó la propuesta inicial porque tenía que terminar un cuadro que le había encargado un cliente. En ese momento, y después de descubrir que percibiría unos 50 dólares por este trabajo, el director le explicaba que le pagaría 30.000 dólares si se presentaba en Almería en tres días.

Se convirtió en un villano de época

Al día siguiente, Lee Van Cleef se subía a un avión dirección Madrid y, tras llegar a la capital española, cogía un tren que le llevaría hasta el desierto de Almería para grabar la icónica película. Allí interpretó al Coronel Douglas Mortimer, un cazarecompensas que rivalizaba con Clint Eastwood por atrapar al mismo bandido. Tras el éxito de esta primera película llegaría El bueno, el feo y el malo, donde nuestro protagonista interpretaría a un asesino a sueldo sin escrúpulos apodado Sentencia.

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Y a partir de entonces se convirtió en uno de los villanos más carismáticos del cine del Oeste. Tras estas dos películas llegarían muchas más en las que, esta vez sí, Lee Van Cleef contaría con el estatus de la estrella que realmente era. De esta manera, el actor dejó de lado una vez más la pintura para dedicarse de manera íntegra a lo que realmente le gustaba.