Una neurobióloga da las claves para prevenir el deterioro cognitivo: van más allá de los sudokus

Aunque la investigación avanza a pasos agigantados, las enfermedades neurodegenerativas continúan siendo uno de los retos más grandes para los científicos. "Llevamos 200 años trabajando en estas enfermedades y todavía no sabemos cómo se producen. Es increíble", lamenta la neurobióloga Isabel Fariñas en Hora 25. La ganadora del Premio Nacional de Investigación Ramón y Cajal en Ciencias Biológicas, dirige un grupo de investigadores de la Universidad de València que analiza la capacidad del cerebro adulto para producir neuronas nuevas.

Durante más de un siglo, cuenta Fariñas, se pensaba que las neuronas se producían durante el desarrollo fetal y, una vez nacíamos, perdíamos estas células con el envejecimiento. Sin embargo, explica la experta, desde hace 30 o 40 años, la comunidad científica descubrió la existencia de dos zonas del cerebro en las que sí se continúan produciendo nuevas neuronas. En ningún caso estas nuevas neuronas llegarán a alcanzar una 'suma cero' con las que perdemos, pero tal y como explica Fariñas, estas nuevas células se integran y funcionan bien.

Se desconoce el momento exacto en el cerebro comienza a perder neuronas, pero sí se sabe que este órgano tiene una capacidad de adaptación enorme, permitiendo compensar esta pérdida. "Los circuitos son lo que llamamos plásticos. Nacemos con las neuronas puestas, como digo yo, pero podemos adaptarnos porque nuestro cerebro tiene esto que llamamos plasticidad neural, que es la modificación de las ramas de las neuronas de manera que los circuitos que más se usan se refuerzan y los circuitos que menos se usan se debilitan", explica Fariñas.

Esta plasticidad que con anterioridad se pensaba que solo tenían los niños y los jóvenes —de ahí nace la idea de que solo aprendemos cuando somos niños—, la neurociencia ha demostrado que se da a lo largo de la vida. "Todos la ejercemos cuando ejercitamos el cerebro, entonces la idea es que si se te van perdiendo neuronas, tu cerebro se adapta haciendo estos cambios plásticos", describe la neurobióloga.

¿Cómo podemos ejercitar el cerebro?

En infinidad de ocasiones hemos escuchado sobre la importancia de ejercitar el cebero para evitar o frenar el deterioro cognitivo, pero, ¿cómo se lleva a cabo? Isabel Fariñas insiste en la necesidad de "mantenernos activos intelectualmente". La neurobióloga detalla que, los estudios epidemiológicos demuestran que la incidencia de enfermedades como el Alzheimer, es menor en los colectivos profesionales que tienen una elevada actividad intelectual en su trabajo.

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Pero clave, según Fariñas, está en "hacer cosas que motiven a nuestro cerebro", ya sean actividades culturales o intelectuales. La experta se acuerda del consejo de un neurólogo de Harvard, Álvaro Pascual Leone, que defiende que lo mejor es "tener motivos vitales importantes". Estos pueden ir desde cuidar a los nietos, cuando tenemos el cerebro activo y los ejercitamos recordando cosas, hasta yendo al teatro o haciendo sudokus y crucigramas.