Treparriscos
Muchos hoy hemos sabido del treparriscos, pero es un ave que anida en nuestro diccionario desde 1992, el año en que se hizo popular otro pájaro, Curro, mascota colorida de la Expo de Sevilla
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La palabra del día | Treparriscos
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Madrid
Muchos hoy hemos sabido del treparriscos, pero es un ave que anida en nuestro diccionario desde 1992, el año en que se hizo popular otro pájaro, Curro, mascota colorida de la Expo de Sevilla, el año en que bautizamos como AVE nuestro tren veloz. De momento, los académicos solo recogen una pormenorizada de esta ave, pero veremos cómo evoluciona. Porque nuestra "ornitolengua" es muy rica.
Y salvo el águila, que se salva, con la que nos referimos a una persona astuta, estos animales no tienen buena fama. Un pájaro, aparte de un ave pequeña, es una persona con pocos escrúpulos. Y el pajarraco, ni te cuento. Mala fama tienen también el buitre, aquel que se ceba con la desgracia ajena, el gallo, un hombre presuntuoso, o la cotorra, con la persona que habla por los codos. Sucede también con el loro que, aparte, es la forma cheli de llamar a nuestro medio: la radio.
Y hay que estar al loro con las polisemias. Porque pájaro es también, en algunos países de América, un hombre homosexual o un pene, así que cuidado con lo de "mirar al pajarito" al sacar una foto. Femenino comprometido tiene también pollo, no profundizaremos, ni hablaremos del chochín, que de momento solo es un pájaro. Pollo es una palabra muy rica en masculino. Con ella nombramos a un hombre joven, un escupitajo o un gran lío.
Y con "montar un pollo" abrimos el capítulo de frases hechas: pelar la pava, estar en la edad del pavo, no ser moco de pavo, ser el chocolate del loro o ser feliz como una perdiz, que tiene su contrapunto, nada favorable para estos pajaritos. Porque cuando los humanos somos felices, comemos perdices, que suelen salir malparadas. En fin, podríamos estar así hasta las ocho, pero no hay tiempo. Así que, antes de que me dé la pájara, cierro el pico y me voy volando...
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