Gastro

Prueba un whisky de 54.000 euros y dictamina que este es su sabor

Bebidas de lo más exclusivas de las que solo hay unas pocas botellas en el mundo

Whisky / Michael Dunning

Whisky

El alcohol está muy arraigado a costumbres sociales, convenciones en las que las personas quedan y toman unas cervezas, copas de vino o cualquier cóctel. Obviamente, hay que tener mucho cuidado con estas sustancias, puesto que conllevan el riesgo de caer en adicciones de lo más perjudiciales, pero, al ser legal, su facilidad de adquisición y lo extendido de beber hace que sea de lo más normal para todo el mundo tomar algo casi asiduamente.

Igualmente, hay quien disfruta de estos líquidos, que traen consigo mucho más que tomar en reuniones, sino que hay expertos que realizan análisis exhaustivos de unos brebajes que tienen detrás un proceso complejo de fabricación. Parece que este es el caso de Brian O’Keefe, que firma un artículo en el medio Esquire donde explica su experiencia tomando unos whiskies de lo más exclusivos... y también de lo más caros.

El autor comenta que fue a Manhattan con unos amigos para degustar unas bebidas lujosas, en particular dos, y aunque no se define un experto en ellas, sí que relató lo que vivió y sintió al probar estos líquidos solo accesibles a unos cuantos, ya que no es que hayan en el mundo demasiadas botellas de lo que tuvo el privilegio de beber.

¿A qué sabe un whisky de miles de euros?

O’Keefe relata cómo Shinji Fukuyo, mezclador jefe de House of Suntory, productora de whisky japonés mundialmente conocida, y les mostró su creación, Hibiki 40-Year. Este nuevo producto, explica, está presentado como "la 'expresión' más antigua jamás ofrecida de la marca de whisky mezclado premium de Suntory. Combina cinco whiskies diferentes de tres destilerías distintas", del que solo hay 400 botellas a un precio minorista de 35.000 dólares cada una (algo más de 34.000 euros).

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Afirma el autor que tiene un "aroma afrutado" y tras un trago el "final es largo, sutil y cálido", además de lo que les dijo Fukuyo, que comparó el Hibiki "con las tazas de oro que se hacían hace cientos de años en los templos budistas", explicándoles que "el hermoso color dorado ha desaparecido, pero sigue siendo muy hermoso, con un sabor muy antiguo". Y la cosa no quedó ahí.

Un par de días después, Brian tuvo la oportunidad de beber uno aún más caro. Fue en una suite en el piso 41 del Ritz-Carlton NoMad de Nueva York, contando que "en honor a su 200 aniversario, Glenlivet ha producido un whisky escocés de pura malta de 55 años llamado Glenlivet Eternal Collection", del que solo hay 100 botellas a un valor por unidad de 55.000 dólares (casi 54.000 euros cada una), una de las cuales les presentó el maestro mezclador de Chivas Brothers Sandy Hyslop.

Barrica de whisky

Barrica de whisky / Michael Godek

Barrica de whisky

Barrica de whisky / Michael Godek

De este whisky se destacan notas de dátiles, peras, clavos, naranja amarga, jengibre y chocolate negro, y el propio Hyslop se congratula de que "es dulce, es picante, baila en la lengua". Es un brebaje de más de medio siglo del que su mezclador explicó que "la barrica de jerez fue hecha a medida, las pruebas, todo fue práctico", con revisiones mensuales "porque sabíamos que se hablaría mucho de que era la expresión más antigua de la destilería. Iba a haber mucho escrutinio, y lo que queríamos era asegurarnos de que todos estuvieran completamente sorprendidos con el sabor".

¿El veredicto de Brian O’Keefe? Los define como deliciosos, pero no se termina de atrever a afirmar si valen los miles de dólares que cuesta cada botella. Quizá hay personas que así lo determinarán, y es que algo tendrá cuando hay quienes lo pagan.

 
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