‘Tecnofeudalismo’: hacia un mundo de ricos y siervos
El modelo de gobernanza que impulsan los multimillonarios como Elon Musk o Mark Zuckerberg relega a los ciudadanos a “siervos, proletarios y vasallos de la nube” y destruye la democracia
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Los grandes magnates de Silicon Valley son los nuevos señores feudales, encargados de articular la sociedad en torno a sus compañías y dejando a los estados y las democracias en un segundo plano. Un mundo gobernado por empresas es lo que define al llamado ‘tecnofeudalismo’, una teoría postcapitalista con graves consecuencias sociales: los ciudadanos no tienen voz ni voto y trabajan, como en el sistema feudal, para los señores.
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El trabajo por el que en la época feudal los señores recibían un diezmo, en el ‘tecnofeudalismo’ se traduce en que “cada vez que entramos en Facebook, Instagram o Google, estamos generando datos, entonces, estamos sin quererlo trabajando para esos grandes señores feudales”, explica Jaime Caro, doctor en Historia por la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad de Columbia. En ese sistema, Elon Musk, con X, SpaceX y Tesla, Jeff Bezos, con Amazon, o Mark Zuckerberg, con Meta, sustituirían la infraestructura estatal y democrática por la forma de gobernanza de sus empresas, con pulsiones muy autoritarias.
El proceso ya está en marcha. La prueba son las injerencias, como las de Elon Musk en los asuntos europeos. El hombre más rico del mundo, mano derecha del presidente de EE.UU. Donald Trump, ha tratado de desestabilizar gobiernos legítimamente elegidos como el de Keir Starmer en Reino Unido o favorecer a fuerzas antisistema como Alternativa para Alemania en el país vecino. En su mente hay una dicotomía entre el ingeniero que triunfó con las baterías y un Musk “demoníaco”, como lo describe su biógrafo Walter Isaacson. “Se vuelve un personaje muy oscuro y que puede ser muy problemático”, asegura. Un “adicto al drama y al riesgo” que “cuando entra en trance y saca su lado frío y demoníaco, se enfada mucho y luego no recuerda lo que ha hecho”.
¿Cómo se está instaurando esta ideología?
En 2010, en Silicon Valley, empiezan a surgir las grandes compañías de redes sociales a cuyos millonarios beneficios contribuyen los usuarios cada vez que las utilizan. Jaime Caro asegura que “desde 2010 hasta ahora hemos ido trabajando para estos señores feudales y los hemos enriquecido hasta el punto de que la desigualdad está en los puntos más altos de la historia de la humanidad”.
Y esa vertiente económica de la teoría se une a la vertiente política. Con ese dinero, “señores feudales” como Musk pueden hacer política. Ha comprado Twitter (ahora X), una red social donde agita a la extrema derecha internacional, y se ha comprado un cargo en la nueva administración estadounidense contribuyendo con 80 millones de dólares a la campaña de Trump. Eso le permitirá desmantelar la NASA para que haga contratos con sus compañías espaciales y seguir enriqueciéndose.
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De esta teoría surgen otros conceptos asociados como el de la ilustración oscura, que se refiere a una regresión de la ilustración del siglo XVIII. “Dice que se tendría que revertir toda la ilustración, el liberalismo político que tenemos, y sustituirlo por un régimen tecnofeudalista”, explica Caro. Esa teoría condena la democracia y los Estados y defiende que el mejor sistema para gobernar la sociedad es un gran comité de jefes ejecutivos empresariales. “Si quieres tener derechos en esa sociedad, lo que tendrás que hacer es comprar acciones para la compañía en la que estás viviendo, trabajando”, añade Caro, lo que implica que “solamente los ricos tendrían derecho a hacer parte de esa élite con la cual se gobierna el mundo”.
Esa élite es la que formaría el movimiento neoreaccionario, identificado por las siglas NRx, cuyo máximo exponente en Estados Unidos ha sido Peter Thiel, fundador de PayPal junto a Elon Musk. Thiel, según el investigador, “tiene un programa político muy determinado de acelerar cuanto antes la caída de la democracia estadounidense para que los grandes CEOs de las compañías sean los que dominen el mundo”.
Paralelamente a estas teorías nace la ‘Alt-right’ (derecha alternativa), una corriente de ideas extremistas surgida en 2012 y que en 2020 mutó en una conspiración con el asalto al Capitolio, según explica Caro. “Es como una reacción hacia el progresismo, pero bastante democrático, horizontal, que nace de un pueblo blanco estadounidense”, añade. “Pero, la pulsión autoritaria convergió en la figura de Donald Trump”.
Ciudadanos “siervos, proletarios y vasallos de la nube”
“El capitalismo ha muerto, pero ha sido sustituido por el tecnofeudalismo”. Esta es la principal idea que se desprende del libro escrito por el exministro griego Yanis Varufakis sobre el tema y que desgrana Carlos Lázaro, de Economistas Sin Fronteras. “Los nuevos señores feudales son los propietarios de las plataformas tecnológicas basadas en Internet. Y hay un nuevo terreno de juego. Todos nosotros somos usuarios de Internet que consumimos sus productos y servicios, que aportamos a su vez producto para ellos cada vez que subimos contenido o aportamos nuestros datos personales de forma gratuita”, explica, lo que nos convierte en “siervos de la nube”.
En el caso de que trabajemos en sus servicios logísticos, transportes, etc. y en las condiciones laborales que ellos establecen, sin poder de negociación ni de sindicación, entonces somos “proletarios de la nube”. “Y si como empresarios o comerciantes capitalistas decidimos vender nuestros productos y servicios a través de sus plataformas, por supuesto, en las condiciones que ellos establezcan, entonces somos sus vasallos, vasallos de la nube”, explica Lázaro. Todo esto está produciendo una ingente acumulación de capital en muy pocas manos, y tal desigualdad social “podría terminar convirtiéndose en estallidos sociales”, advierte.
La desregularización de los mercados de productos y servicios, la desactivación del control de flujos financieros por parte de las autoridades monetarias o la adopción de nuevos servicios de medios de pago, sumado a la desinformación difundida masivamente en las redes sociales son la primera fase hasta llegar incluso a sustituir gobiernos políticos progresistas por otros basados en lemas como “viva la libertad, desmantelar el Estado social y los servicios públicos”, alerta Lázaro. La solución que adopta Yanis Varoufakis para no permitir que esto suceda es actuar con sus mismas armas: una rebelión en la nube.