Rodríguez

Madrid

Hoy a algún desinformado le habrá dado un vuelco el corazón al saber que Rodríguez declaraba ante el juez, porque casi dos millones de españoles lo llevan como primer o segundo apellido y todos conocemos a algún Rodríguez. No llegan a los García, unos tres millones, están a la par con los González y superan a los Pérez y a los Álvarez. Pero hay algo que diferencia a los Rodríguez de los demás y es que su apellido, convertido en nombre común, está en el diccionario. Una rareza, porque el diccionario no recoge nombres propios, salvo algunos epónimos como Alzheimer o donjuán, por ejemplo. No siempre fue así. En los siglos XVIII y XIX uno podía encontrar en el diccionario los más extendidos: Rodríguez, Pérez, González, Álvarez y García, hijos, respectivamente, de Rodrigo, Pedro, Gonzalo, Álvaro y Garci, que dieron lugar a apellidos.

A mediados del XIX fueron desapareciendo de sus páginas para no volver, salvo uno, precisamente Rodríguez, que en 1985 regresó a los diccionarios académicos para nombrar, citamos textualmente, al "marido que permanece en la ciudad trabajando, y a menudo divirtiéndose", aclaran, "mientras la familia está de vacaciones". Para la mujer liberada del marido mientras este vacaciona no existe palabra y, de haberla, sería menos eufemística. La expresión "estar de rodríguez" tiene derechos de autor. Se popularizó en los años 60 gracias a la película de Pedro Lazaga 'El cálido verano del Sr. Rodríguez' (1965), protagonizada por un José Luis López Vázquez que encarnaba a un tal Pepe Rodríguez. El Rodríguez del que hoy hablamos no es Pepe, pero es del PP.