La única pega que Santiago Niño Becerra le ve al jamón ibérico de 80.000 euros: "Pasa lo mismo con el vino"

Madrid

Los jamones de Joselito no son baratos. Aunque hay formatos más asequibles, una pieza de su 'Gran Reserva' ronda los 650-700 euros, por ejemplo. Pero la empresa de Guijuelo lleva años rompiendo moldes. Fue pionera en la producción por añadas, por ejemplo, y ha puesto en marcha un sinfín de colaboraciones con chefs de alta cocina. También ha puesto en marcha varias líneas de investigación y ha apostado decididamente por el marketing para poner en valor el jamón ibérico —más aún— en todo el mundo.

El pasado 2 de diciembre, de hecho, Joselito organizó una cata de distintas añadas de su jamón en el Museo del Prado y la estrella de la velada fue la pieza más antigua y más cara del mundo: un jamón ibérico de 2006 (casi 19 años de curación).

Joselito había subastado otras piezas de esa misma añada por un precio de 60.000-80.000 euros. Precios que tienen más que ver con la exclusividad que con el valor real de producción y que ya empiezan a acercarse, por ejemplo, a los del mundo del vino.

Carles Francino le ha preguntado por ello en La Ventana al catedrático Santiago Niño Becerra, y el economista ha respondido sin tapujos: "Pasa lo mismo que con el vino y los jamones han entrado en el tema de las maduraciones. Esto ha sido muy criticado introduciendo elementos éticos, pero a mí no me parece mal. Si alguien, para su disfrute, quiere pagar 80.000 euros, por un jamón, me parece bien".

El colaborador de La Ventana ha querido matizar su opinión: "A mí lo que me parece mal es que la tasa de pobreza infantil en España sea del 30%. Pero que se paguen 80.000 euros por un jamón o 36.000 por un cabrales, no me parece mal".

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