El presidente español que dimitió "hasta los cojones": "Es el resumen perfecto de una República que parece un chiste malo"
Su mandato no llegó a cumplir los cuatro meses
El presidente español que dimitió "hasta los cojones": "Es el resumen perfecto de una República que parece un chiste malo"
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Hace 150 años, España se atrevió a probar sin éxito la primera monarquía parlamentaria. Amadeo I de Saboya fue proclamado rey de España tras ser elegido por votación parlamentaria, pero dos años, dos meses y siete días después, comunica al presidente del Consejo de Ministros, Manuel Ruiz Zorrilla, su intención de abandonar el cargo a través de una carta en la que, sin tapujos, lanzaba un dardo a los españoles. "Todos los que agravan y perpetúan los males de la nación son españoles, muy españoles y muchos españoles", escribía.
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Dejando el futuro de España en el aire, las Cortes deciden, casi por descarte y sin ningún tipo de planificación, la proclamación de la Primera República. En el último programa de La Historia en Ruta, se han parado a analizar la inédita instauración de este nuevo régimen en nuestro país y el liderazgo de su gran protagonista: Estanislao Figueras, el primer presidente. Para ello, han visitado el cementerio civil de Madrid, un pedacito de tierra junto al Cementerio de la Almudena que, según narra Esther Sánchez, es "mucho más que un campo santo, es un manifiesto grabado en mármol y granito, una especie de club para todo aquel que quiere seguir siendo un verso suelto incluso después de muerto".
Allí mismo se encuentran enterrados los tres primeros presidentes de la República. El catalán Estanislao Figueras se proclama el primer presidente aunque, ante la precocidad de la proclamación del régimen, no da tiempo ni a relatar una constitución. "Su busto grabado en perfil está ahí como diciendo 'sí, fui el primero y sí, salí corriendo'", cuenta con ironía Sánchez. "La corona que lo rodea le da un toque de gloria recordando que, a pesar de todo, este señor hizo historia. Es la metáfora perfecta de su mandato: breve, digno y lleno de tensiones", añadía.
I República
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Cuando asumió el cargo, Figueras no cuenta con apoyo parlamentario, ni partido y programa. Desde el minuto cero de su mandato, el catalán se enfrenta al "catálogo completo de marrones": una guerra carlista, una insurrección en Cuba, revueltas en las calles y el caos en el Parlamento. Para colmo, su compañero de partido Francisco Pi y Margall le hace la cama y, en pleno caos, fallece su mujer.
"Entre el disgusto de verse viudito y coleando, las puñaladas traperas y el desastre político, Figueras estalla: 'Señores, no aguanto más. ¡Estoy hasta los cojones!", cuenta Ainara Ariztoy. Así fue como cuatro meses de iniciar la andadura política, dimite y abandona Madrid. Ariztoy narra que la historia cuenta que el presidente corrió hasta Atocha, cogió un tren rumbo a Francia y desapareció. "Su salida es el resumen perfecto de una república que parece un chiste malo", sentenciaba.