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"España es un país que ha puesto a un hombre en el espacio pero que todavía pisa fosas comunes": la periodista Natalia Junquera reivindica la importancia de la memoria histórica

La autora gallega entrelaza el oficio periodístico con la recuperación de la dignidad de las víctimas del franquismo en su segunda novela, 'Nunca nos contamos lo que pasó'

La ventana de los libros | Natalia Junquera presenta 'Nunca nos contamos lo que pasó'

La ventana de los libros | Natalia Junquera presenta 'Nunca nos contamos lo que pasó'

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Madrid

La periodista y escritora Natalia Junquera (A Coruña, 1981) ha presentado en La Ventana su última obra, Nunca nos contamos lo que pasó (ed. Suma de Letras), una novela profundamente autobiográfica que mezcla su pasión por el periodismo y su compromiso con la memoria histórica. Junquera da vida a Belén, una periodista vocacional que lucha contra la mediocridad y el olvido, y que es un trasunto de ella misma.

La novela arranca con la muerte de Rodrigo Couto, un veterano periodista que representa los valores esenciales del oficio: rigor, generosidad y valentía. Inspirado en figuras como Ramón Lobo y David Beriain, Couto es el contrapunto ideal para la protagonista, que decide coger una excedencia tras años de frustraciones bajo un director que teme al talento ajeno. Durante este tiempo, Belén se sumerge en una investigación sobre una fosa común en un pequeño pueblo de la España vaciada buscando devolver la voz a las víctimas del franquismo.

"Hay bastante de mí en Belén. Es un homenaje a una tía que era médico de familia, pero el personaje es bastante yo, porque la novela es la de una periodista vocacional que trabaja en un periódico que es secuestrado por la incompetencia y el sectarismo. Se coge una excedencia y ese es el detonante para investigar una historia de Memoria Histórica", ha comenzado explicando Junquera sobre la génesis de la novela.

La periodista quería reflejar la visión que tiene de su oficio: que se entendiera la pasión por el periodismo y lo que provoca. "Con la vocación pagas una penitencia, porque en el periodismo, te expones a la frustración, que es una termita voraz. Solo te puede decepcionar lo que te importa", ha contado con cierta tristeza Junquera.

Pero la escritora no quería que la novela tuviera un sabor completamente amargo. Si quería, no obstante, recalcar la importancia de hablar sobre el presente y el pasado. "Además de retratar las amenazas, es una novela que va sobre todo del poder terapéutica de la comunicación en todos sus formatos, tanto para los que consumen la información como para los que lo ejercemos. Quería que la gente entendiese por qué es un problema del presente y también del pasado, porque pisamos fosas comunes hoy", ha explicado.

Y es que Junquera aborda con crudeza la importancia de hablar del pasado para sanar heridas. "Los dos tiempos verbales (presente y el pasado) son el mismo. Hay muchas historias que son reales y otras que dudé en poner porque resultaban poco verosímiles incluso para la ficción. En la redacción de El País pasaron cosas que no creeríais", ha contado sobre la dificultad de contar experiencias que ha vivido a lo largo de su carrera profesional. La novela no solo reivindica el oficio periodístico, sino también la necesidad de dar voz a quienes fueron silenciados.

Ella achaca la falta de información y de educación en los institutos a que después de la guerra hubo 40 años de dictadura, de silencio y de relato de los vencedores. "El relato de los vencidos fue tal que se prohibía llorar a los desaparecidos, que a día de hoy no tienen sitio para llorarles. En los años 2000 todavía había miedo. Había ancianas que se ponían a hablar en susurros. Este país que ha mandado a un hombre al espacio, todavía pisa fosas comunes. Un país democrático no puede permitirse esto, ni tener una tumba de Estado para un dictador".

La periodista ha hecho alusión en varias ocasiones durante la entrevista a un estudio de 2022 que estudió varios centros públicos y privados, así como a chavales de 16 años hasta jóvenes de 30. Los sociólogos vieron que tenían muchas lagunas en memoria histórica. "La derecha siempre dice que es adoctrinamiento. En el debate que hubo en el Congreso sobre las modificaciones legales que hay que hacer para exhumar a Franco, la derecha siempre dice que no es un tema prioritario. Si los chavales echan de menos a Franco es porque no lo conocen, porque no se lo han contado, porque no se imaginan lo que era vivir sin libertades". ha finalizado Junquera.

Álvaro García-Dotor

Álvaro García-Dotor

Periodista cultural. Redactor en La Ventana.

 
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