Fútbol

El escándalo en Canadá continúa: la selección femenina no solo espiaba a rivales, también realizaba fiestas obligatorias

'The Globe and Mail' señala al cuerpo técnico de la selección canadiense por organizar fiestas en la previa de los partidos

Bev Priestman, exseleccionadora de Canadá, envuelta en otro escándalo / Visionhaus

Bev Priestman, exseleccionadora de Canadá, envuelta en otro escándalo

El escándalo de espionaje de la selección femenina de Canadá era, solamente, el principio de una larga historia, que podría ser catalogada como 'saga'. Aunque, quizás este se quede corto, pues cada nuevo capítulo es más maquiavélico que el anterior.

El medio nativo 'The Globe and Mail' ha relatado la investigación. La historia "comenzó en los JJOO de París". Allí, la selección femenina de Nueva Zelanda, primer rival de Canadá, practicaba saques de banda cuando una de sus futbolistas, Rebekah Stott, escuchó "un zumbido sobre su cabeza y, como aficionada a los drones, lo reconoció casi de inmediato".

Prácticamente cuatro meses después, los miembros de la selección de Canadá implicados, la seleccionadora Bev Priestman, Jasmine Mander (asistente) y Lombardi (miembro del cuerpo técnico) fueron arrestados. Pero no solo ellos sufrieron las consecuencias, sino que también la federación nacional y las jugadoras.

La historia, que parecía haber acabado y caía en el olvido, ha recuperado fuerza. El medio canadiense ha revelado que ese solamente era una pare y que, además de espiar con drones, existían otras técnicas para recopilar información de los rivales. Por si fuera poco, 'The Globe and Mail' señala, también, una serie de prácticas que corroboraron diversas fuentes, entre las que se encuentran "ataques de pánico" o fiestas de asistencia obligatoria previas a los encuentros en las que se “bebía demasiado” y se “hacían preguntas sexualmente explícitas”.

La investigación publicada por el medio detalla minuciosamente cómo se llevaban a cabo las "sesiones de bebida la noche antes de los partidos, para miembros del cuerpo técnico y del personal, pero no para jugadoras". Y esto no es lo peor, pues esas "sesiones" no eran una especie de juerga a la que asistían los más fiesteros. sino "obligatorias". Es más, la seleccionadora Prietsman se quejó en febrero de 2023 que se había reducido la asistencia a esos "eventos sociales".

Tal y como relatan cinco fuentes en la investigación de 'The Globe and Mail', se bebía "en exceso" y se y se "arrojaron juguetes sexuales" Además, tres de ellas advierten de que "les hicieron preguntas sexualmente explícitas como parte de los juegos de fiesta".

El medio canadiense asegura, también, haber tenido acceso a dos vídeos en el que varios miembros del staff de la selección participaban en las fiestas previas a los partidos. La hemeroteca es extensa, y la exseleccionadora también tiene su vídeo. En este se ve a Bev Priestman bailando pasadas las 00:00 en junio de 2022 y en la noche previa al partido ante Corea del Sur.

Otra de las protagonistas de la investigación era la asistente de Bev Prietsman desde 2021, Jasmine Mander. Tres exempleados del equipo nacional recuerdan que "les dejó llorando" y otro apunta a que le "provocó un ataque de ansiedad". En 2022, durante la participación de Mander en el equipo Sub-17, fue señalada por presionar al personal para que no revisaran sus correos electrónicos antes de un partido, evitando, de esta forma, que se descubriesen posibles positivos de jugadoras.

La Federación Canadiense, representada por Paulo Senra, su portavoz, ha respondido a 'The Globe and Mail' en un comunicado oficial. "La organización ha introducido reformas y no debe definirse por la acciones de individuos que ya no están involucrados con ellos", exponían. También, el comunicado presume de "un nuevo liderazgo y un compromiso total con la excelencia, la integridad, la transparencia y la responsabilidad en todos los ámbitos de las operaciones".

 
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