Mina El Hammani: "Los hijos de inmigrantes necesitamos encontrar el apoyo de la industria del cine. Todos queremos sentirnos reflejados"
La actriz española asume su primer protagonista en una película, 'Raqa', un thriller dirigido por Gerardo Herrero en el que interpreta a una agente infiltrada con la misión de localizar al jefe del Estado Islámico
Cadena SER
Madrid
A Mina El Hammani (Madrid, 1993) el éxito, o lo que quiera que sea eso, le llegó con Élite, la serie fenómeno juvenil de Netflix en la que trabajó durante varias temporadas. Pero antes de todo eso la actriz ya había trabajado en otros proyectos de televisión y en el teatro, donde aprendió y entendió qué buscaba en este oficio. "Estuve en el CDN con 'Dentro de la Tierra', que es un texto de Paco Bezerra y dirigido por Luis Luque, y ahí conocí a Julieta Serrano. Una mujer que en ese momento tendría 83 o 84 años, que hubo una anécdota que, de repente, estábamos en la escenografía que era un invernadero y se tropezó con el corcho que había. Entonces Luis Luque le dijo oye, ¿quieres que hagamos algo? Y Julieta Serrano, con la edad que tiene, con la carrera, le dijo mira, esto es lo que hay, yo me adapto a lo que hay. Cuando vi esa respuesta, aprendí de la mejor. Yo quiero ser una Julieta Serrano, yo quiero ser una actriz artesanal, que se involucra, que está atenta a todo el mundo, que es honesta, buena, que cuando hay que decir las cosas, se dicen, pero sobre todo que ama esta profesión", cuenta la joven intérprete de esta experiencia que despertó su pasión por el teatro, al que volvió en 2021 en Mérida junto a Alejo Sauras en una versión de Edipo.
Desde niña la pulsión por actuar estuvo ahí. No pudo presentarse al casting de Ana y los 7, y eso que tuvo la escena-separata, porque su madre no estaba muy convencida y una vecina al final no pudo llevarla, pero a ella no desistió en su vocación hasta que pudo empezar a formarse. "A los 16 años obtuve el graduado escolar y empecé a trabajar. Y empecé a hacer prácticamente dinero para poder pagarme yo mi formación, porque ahí entendí que si mis padres no me querían apoyar en ese aspecto, tampoco se lo podían permitir a nivel económico, dije bueno, pues si lo hago yo, a ver qué ocurre. En todos los trabajos que yo he tenido, en mí siempre estaba esa cosa de que era algo temporal. Siempre he creído mucho y siempre he querido tener también ese altavoz, al ser hija de inmigrantes, también me genera esa responsabilidad y quiero que ya empecemos a generar esa cosa equitativa en el mundo audiovisual entre personas de otros orígenes. Yo soy una mujer española, he nacido en La Paz de Madrid, mis padres se conocieron aquí en España por separado, pero agradezco mucho tener esta doble cultura porque al final lo único que hace es enriquecerte. Hay muchos intereses y a veces no te están valorando realmente por el talento o la formación o la responsabilidad que tú puedas llegar a tener con esta profesión", explica de sus orígenes y de lo difícil que es abrirse camino en una industria que pronto coloca etiquetas y solo piensa en ti para ciertos papeles.
Es una lucha a la que Mina El Hammani lleva poniéndole voz desde hace varios años, a riesgo de ser pesada, como ella misma dice, para promover una mayor igualdad y una representación que no limite sus trabajos. "Yo no solo quiero hacer personajes árabes. Si son buenos, los hago. Mucha gente me dice, pero qué vas a hacer de caucásica. No, lo que estoy diciendo es que si tú como señora que te puedas llamar Paula Sánchez, por ejemplo, puedes optar a hacer ciertos castings que se llamen Salima, Malika, Amina, porque eso ocurre en España, por qué los hijos de inmigrantes o las personas nacidas en España con otros orígenes no pueden optar a ese tipo de personajes cuando existen y estamos conviviendo con ellos a diario. Buscar esa equidad para mí es fundamental. Vas creciendo, vas observando, a veces me canso de mí misma, pero también necesitas encontrar ese apoyo, no solo de gente que vive lo mismo que yo, sino de la gente de la industria. Vamos a intentar abarcar todos los temas, porque todos somos personas y todos queremos sentirnos reflejados, visualizados en la pantalla y, sobre todo, que para mí es fundamental generar ese debate en la población", defiende mientras desvela que le apetece hacer un personaje extremo, como una toxicómana, o por qué no una comedia romántica.
Cuando la llamó el productor y director Gerardo Herrero para protagonizar Raqa, le pidió leer el guion antes de tomar una decisión. Sí, era otra personaje árabe pero en este caso era una mujer infiltrada en un thriller. "Tenía muchas ganas de poder meterme de lleno en ese género y sobre todo con un personaje que es espía. Eso para mí fue lo fundamental. Es verdad que luego abarca ciertos temas que a mí me generan muchísima responsabilidad. Es un personaje de Melilla, una mujer que sufrió un ataque y lo ha perdido absolutamente todo. Yo recalco de esta película que cuando hablamos del ISIS, del Estado Islámico, en mi caso yo hablo de terrorismo, del terror que abarca a toda la población, a todo tipo de personas, de todos los orígenes, independientemente de la religión que profesen. Entonces para mí eso era fundamental. La Europol la contrata por su origen y lo que ha vivido para poder adentrarse y encontrar las coordenadas de El Jordano", dice de un personaje que viaja de España a Siria para infiltrarse y descabezar al jefe de la organización.
Entrevista | Mina El Hammani, la actriz que busca una industria más igualitaria
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En la misión de forma paralela hay otro espía que persigue el mismo objetivo. Es el personaje interpretado por Álvaro Morte, que se atreve con el árabe después de cinco meses de trabajo, al igual que El Hammani ha cuidado los diferentes acentos. Ambos se embarcan en esta peligrosa tarea y, por el camino, la película muestra la violencia, el fanatismo y la represión contra las mujeres. "A medida que iba pasando el rodaje y a medida que iba interpretando el personaje de Malika, también entendía que estas mujeres están manipuladas. Hay muchas que las captan a través de Internet de muchísimas maneras. Y yo lo que también me he dado cuenta es que pasa cuando estás tan vulnerable y estás en una soledad absoluta y no hay nadie a tu alrededor que sientas que te quiere o que te proteja, cuando encuentras eso a manos de otras personas que te hacen creer que están ahí por y para ti. Estamos hablando también de una esclavitud de mujeres en el siglo XXI y los hombres practican un abuso de poder contra ellas. Hay que dejar a un lado, según mi visión, esa parte de la religión. Estos hombres son unas personas misóginas que generan ese abuso de poder con las mujeres y que es un ego masculino que está en la mayoría de los terroristas, que son hombres. Se tiene que ahondar y tiene que haber una responsabilidad social, porque es algo que nos afecta absolutamente a todos y todas", argumenta la actriz de la dimensión social y política de esta historia.
Rodada en Casablanca y Marrakech, la película es un un thriller clásico que juega con la tensión, la intriga y la acción en esta misión contrarreloj por localizar al líder que ha impuesto ese régimen de terror. El proyecto también le sirvió a la actriz para volver al país de sus padres y reconectar de otra manera con sus orígenes. "El primer día que llegué a Casablanca dije, necesito ir al Hamman -baño purificador árabe-. Lo primero que voy a hacer es ir, quitarme toda la piel muerta, toda la suciedad y entrar nueva al rodaje. Yo suelo ir al Hamman en Marruecos con mi familia y es el Hamman del barrio. Pero en este caso fui a uno de un hotel que, al final, había una mujer que te limpiaba, te bañaba y tal. Y de repente, estaba sola ahí en Marruecos, haciendo mi primera película de protagonista, que cuando me estaba lavando la cabeza, yo me puse a llorar, porque me volví a sentir como esa niña que cuidan y que limpian y que te dicen, venga, sigue tu aventura", cuenta emocionada de esta experiencia donde también valora haber podido trabajar con un equipo español y marroquí que han enriquecido el proyecto.
En una etapa mucho más tranquila, donde ha levantado su propia productora y ha elegido proyectos con menos exposición pública, la actriz confiesa que aún siente que se está recuperando del inesperado boom de Élite y cómo ha logrado trabajarlo y procesarlo. "A día de hoy todavía me estoy construyendo, todo lo irreal y lo que rodea a ese éxito, yo no quiero estar conectado a eso. Soy una persona que convivo con mis gatos, con mis amigos de toda la vida, con mi familia. Soy una mujer muy reservada y una mujer muy natural, que si a lo mejor un día me invitan un VIP, me voy al VIP con mi Mariana o con mi Laura y digo, cari, vámonos pa allá, pero yo me voy a bajar a la pista de baile a gozármelo. Entonces esas esencias que a veces te quita el anonimato. Yo siempre lo digo, si conociese a Leonardo DiCaprio o Al Pacino, yo lo primero que le diría es, ¿cómo te llamas? Cuando tú no le preguntas a alguien cómo se llama, porque ya das por hecho, ya te sabes obviamente su nombre, pero no le das la oportunidad a esa persona de poder decirte quién es ¡Guau! Es bastante heavy, bastante duro, convivir constantemente con eso y, sobre todo, con pensar que hay una opinión pública o que se supone que hay gente que sabe algo de ti que realmente no sabe. Entonces todo eso a mí me ha venido muy bien obviamente con terapia, he tenido la oportunidad también que a nivel económico me lo puedo permitir y siempre es algo que digo, que en la Seguridad Social espero que eso se regule de una manera totalmente honesta y posible para todos los ciudadanos, porque es algo fundamental. Hay veces que extraño a la Mina de 23 años que era una leona, que no le importaba absolutamente nada. A veces te dices que todo eso no importa, pero luego vas a tu casa y, dices, sí, sí, realmente sí que me importa", recuerda de todo ese tiempo donde ser una cara conocida le robó hasta lo más íntimo. "Cuando mi padre falleció hace cuatro años, yo recuerdo estar en el hospital que venía de rodar de 'Élite', me fui a verlo y estaba fatal, bajé, estaba llorando y vinieron dos chicos, me pidieron una foto, y yo dije, hostias, mi momento más privado, íntimo, ni siquiera lo voy a poder vivir conmigo misma. Es más duro de lo que la gente puede llegar a pensar. Al final la gente se queda en el éxito, la fama, qué es eso, pienso yo, o sea, el éxito o la fama es que mi madre esté orgullosa de mí, que me pueda permitir el cuidarla, el que mi familia pues esté tranquila y hacer personajes interesantes y que generen ese debate social. Lo otro queda en un segundo plano", concluye una actriz con las cosas claras, con talento y a la espera de que la industria avance realmente en la representación de un país diverso. Solo hay que salir a la calle.